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Navegando con viento de Levante

En apenas cuatro minutos al filo del descanso (39 y 44), los rojillos encarrilaron su victoria frente al equipo revelación de la categoría. El Levante, que no había perdido todavía, no supo sobreponerse a las dianas de Cejudo y Nino, aunque lo intentó en la segunda parte.

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LEVANTE 0
OSASUNA 2

Natxo MATXIN I

El Sadar sigue siendo territorio vedado para los rivales. Incluso para el que hasta ayer era líder y equipo de moda en media Europa. El Levante, que aguantó bien el primer tramo del choque, se vio superado por dos chispazos rojillos cuando ya casi todo el mundo estaba pensando en la tregua del descanso.

No así Cejudo, actor principal para lo bueno y para lo malo. El andaluz abrió el marcador en su cuarta intentona particular sobre la meta de Munúa, pero luego ensombrecería su sobresaliente protagonismo con una celebración que, a la postre, se demostró sobrante, si bien no tuvo una negativa repercusión en el resultado final.

La expulsión del goleador y la consiguiente inferioridad numérica durante 37 minutos, sumada a los contratiempos en forma de lesiones -Marc Bertrán y Sergio-, dieron un valor extra a un triunfo fraguado en el esfuerzo y la paciencia. La que tuvo Osasuna para llevar la iniciativa, pero sin dejar esos huecos que tan bien habían sabido aprovechar los discípulos de Juan Ignacio Martínez en anteriores jornadas.

El balón largo se convirtió en el mejor aliado de la estrategia local, aunque la mayor parte de las ocasiones diese exiguos frutos. Nekounam y Puñal parecían desentenderse de la tarea y era Lolo quien se encargaba de ello, con menor precisión de lo que lo podía haber hecho alguno de los pivotes y con la desventaja añadida de iniciar la jugada bastantes metros más atrás.

Bastante más rédito les aportó a los rojillos, que lucieron en los prolegómenos del envite unas camisetas de apoyo a Masoud -el iraní vio el encuentro desde las cabinas de prensa-, volcar sus acometidas por el carril derecho. Ahí, ya en una posición mucho más natural para él, Cejudo lo intentó a base de diagonales y disparos desde fuera del área, mientras Ibrahima debía encargarse en esta ocasión del flanco izquierdo.

Sin embargo, sus acometidas no se traducían en nada, Mendilibar se había visto obligado a enmendar la línea defensiva hasta en dos ocasiones y el duelo entraba en una peligrosa fase de escaso ritmo y tensión. De la que salieron los anfitriones, no sin cierta fortuna, después de que Xavi Torres desviase lo suficiente el disparo de Cejudo como para despistar a su portero.

Absurda amarilla

Al enrabietado volante rojillo -venía de ser cambiado en el minuto 26 en el Alfonso Pérez- no se le ocurrió mejor fórmula para reivindicarse que desprenderse de su camiseta. Absurda primera amarilla y riesgo de poder ver una segunda, caso de tener que meter la pierna en un lance arriesgado, como así ocurrió a posteriori. Resultado: el equipo en inferioridad con mucho tiempo por delante e imposibilidad de jugar en el escaparate del Bernabéu.

Ante tal tesitura, los rojillos tuvieron que recomponer líneas. Primero con un agotado Raúl García en el carril diestro y después, con la entrada de Rubén, formando una muralla de hasta cinco hombres en la retaguardia. A Osasuna le gusta sobremanera complicarse la vida y la grada, que había despedido al equipo con cánticos en el descanso, comenzó a morderse las uñas. El Levante achuchó, como era su obligación, pero sin generar jugadas de verdadero peligro. El líder hincó la rodilla.

Mendilibar: «Hemos estado más vivos en el fútbol directo y los goles nos han dado vida»

Satisfecho por la suma de otro triple casero, José Luis Mendilibar resaltó como clave de la victoria rojilla el que «hemos estado más vivos en lo que se refiere al fútbol directo, con más tiempo en su campo que en el nuestro, y también con algo más de suerte cuando el encuentro estaba empate a cero».

El técnico rojillo admitió, además, que los dos goles conseguidos al filo del descanso «nos han dado vida», al mismo tiempo que han supuesto un mazazo para el Levante, «que se ha visto obligado a jugar de una manera diferente a como está acostumbrado a hacerlo».

El equipo, en cualquier caso, tuvo que sobreponerse a un buen número de adversidades, la primera las lesiones. «Es lo que ocurre cuando comprimes el mismo número de partidos en menos tiempo. Era el tercer partido en una semana y siempre piensas en el riesgo que hay, pero lo importante es que los que han salido han cumplido», indicó el de Zaldibar.

Bastante más controlable, otra contrariedad fue la expulsión de Cejudo. «El futbolista a veces no piensa, espero que nos sirva de escarmiento para todo el grupo porque no podemos regalar tarjetas amarillas y menos en ese minuto. Son cosas que no entenderé nunca, a veces la culpa la tenemos los entrenadores», comentó.

De todos modos, se supo aguantar el tipo, algo que valoró Mendilibar. «Es cierto que al estar metidos en nuestra área cualquier lance nos podía haber metido en un lío, pero hemos sabido jugar con el marcador más que en anteriores ocasiones», destacó.

Pese a la derrota, el míster levantinista, Juan Ignacio Martínez, se mostró «orgulloso» de sus pupilos por haber aguantado al Osasuna de los primeros 20 minutos, si bien reconoció que se quedaron «tocados» al descanso. «La segunda parte fue un monólogo por nuestra parte, pero nos faltó acierto», aseguró. N.M.

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