Amaiur, que ya ha ido esbozando las líneas generales de su programa y de los ejes de actuación que llevará a las Cortes españolas tras el 20N, realizó ayer un simbólico acto de carácter electoral. Y lo hizo en Amaiur sobre las ruinas del castillo en el que, hace cinco siglos, se escribió uno de los últimos capítulos de la resistencia del Reino de Nafarroa ante la invasión de las tropas castellanas.

Una veintena de candidatos y candidatas de la coalición soberanista se dieron cita en ese paraje emblemático antes del mediodía. Al acto asistieron Sabino Cuadra, Maite Aristegi, Iñaki Antigüedad e Iker Urbina, respectivos cabezas de lista al Congreso por Nafarroa Garaia, Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Junto a ellos, se encontraban también Rafa Larreina, Xabier Mikel Errekondo, Jonathan Martínez, Aritz Romeo y Laura Mintegi. Como portavoces de todos ellos se situaron ante el micrófono Sabino Cuadra y la candidata navarra Marian Gorraiz.

Comenzaron explicando que su presencia en el corazón de Baztan en vísperas del comienzo de la campaña electoral -oficialmente arrancará la medianoche del jueves al viernes- quería poner de relieve por qué se ha elegido el nombre de esta coalición. «Amaiur es una referencia histórica del pueblo vasco. Amaiur es emblema de resistencia, de no resignarnos a la desaparición. Asimismo -puntualizaron-, es también un símbolo de una derrota. En este mismo lugar se sentenció el fin de la independencia Navarra. En el siglo XVI, los vascos perdimos nuestra soberanía en Amaiur».

Pese a ello, incidieron en que a las puertas de 2012, «cuando se cumplen 500 años de que las tropas castellanas al mando del duque de Alba invadieran y ocuparan a sangre y fuego el que era el Estado de los vascos, el Reino de Nafarroa, nos encontramos con un pueblo más vivo que nunca, un pueblo que de forma mayoritaria exige reconocimiento y respeto a su palabra». Es más, se mostraron convencidos de que «vivimos una situación crucial e histórica, en la que se observa con más nitidez que nunca la posibilidad real de alcanzar un escenario de paz basado en el respeto a todos los derechos».

Una unión con gran valor

Los integrantes de las listas de Amaiur resaltaron que, en este contexto, la «unión entre abertzales, entre soberanistas e independentistas de izquierdas» que representa esta coalición cobra un valor especial: «La unidad entre las diferentes fuerzas, con la clara vocación de aglutinar cada día a más, debe ser el motor que lleve a este pueblo a un escenario de paz justa y definitiva, y a la construcción de un país socialmente más justo y equilibrado».

Por ello, consideran que «invertir esfuerzos en la construcción de un escenario de paz y normalización política, democracia y libertad es la mejor inversión que podemos realizar». Y afirmaron que con ese esfuerzo «ganaremos absolutamente todos en este país».

Centrándose en las elecciones del 20 de noviembre, reiteraron que «Amaiur quiere ser el altavoz de este pueblo, la representación de la ciudadanía vasca en el Congreso y en el Senado. Queremos que la voz de Euskal Herria exigiendo el reconocimiento de sus derechos nacionales, incluidos los derechos lingüísticos, sociales, culturales y medioambientales sea escuchada en Madrid».

«Vamos a decir alto y claro -prosiguieron- que frente al modelo político, económico y cultural español, existe una nación que quiere ser dueña de su destino. Una nación que demanda un escenario de paz y soluciones democráticas. Y no sólo vamos a decirlo, sino que realizaremos una defensa firme de los derechos de Euskal Herria y la ciudadanía vasca».

Haciendo alusión al logo de la coalición, destacaron que Amaiur ha nacido con vocación de ser «un puente» para «avanzar en la construcción de un nuevo futuro para Euskal Herria». No obstante, remarcaron que ese papel corresponde al conjunto de la ciudadanía vasca, a la que animaron a implicarse para «construir el puente que permita que Euskal Herria abrace el siglo XXI en paz, libertad y democracia».

Y concluyeron con «un mensaje de esperanza e ilusión»: «Perdimos nuestra soberanía en el siglo XVI; que a nadie le quepa ninguna duda, en el siglo XXI vamos a recuperarla».