Rechazo unánime de la Cámara a las amenazas a cargos de Bildu
El Parlamento de Gasteiz denunció ayer, finalmente de manera unánime, las amenazas recibidas a través de cartas por alcaldes y cargos forales de Bildu, gracias a un acuerdo entre EA y PSE. No obstante, pese a los discursos sobre la igualdad de todas las víctimas, PSE y PP impidieron que en la propuesta se incluyera «la solidaridad y el apoyo» a estos amenazados.
Iñaki IRIONDO |
El Parlamento de Gasteiz aprobó por unanimidad denunciar y rechazar las amenazas de muerte recibidas por el alcalde de Lasarte-Oria, la alcaldesa de Andoain, el ex alcalde de Azpeitia y jefe de Gabinete de la Diputación foral de Gipuzkoa y, según trascendió ayer mismo, también por el teniente de alcalde de Oñati.
Esta unanimidad fue utilizada por PSE y PP para reivindicar en sus discursos «cierta superioridad moral» frente a otros grupos, por «ser generosos con quienes probablemente no merezcan tanta generosidad», en palabras de Carlos Urquijo. Pero, frente a ese discurso que dice tratar por igual a todas las víctimas, se conoció también que ambos partidos se negaron a que el acuerdo incluyera la «solidaridad y el apoyo» de la Cámara a estos amenazados.
Pese a las diferencias que se constataron durante las intervenciones, todos los grupos coincidieron en felicitarse por el consenso alcanzado, que fue especialmente destacado por el parlamentario proponente, Juanjo Agirrezabala, de EA.
Como informó este diario el pasado martes, EA había presentado una proposición no de ley de denuncia y rechazo a las amenazas, que el PSE enmendó para retirar la mención expresa a las personas amenazadas e incluir referencias a ETA.
Tras diversas reuniones entre proponente y enmendante, se llegó a un texto transaccional que se cerró durante el transcurso del pleno con participación directa también del PP, que fue quien puso algunas «rayas rojas» infranqueables.
Identificar a los autores
Según el acuerdo final, el Parlamento «condena enérgicamente y exige la desaparición de cualquier tipo de amenaza a las personas que aún pueda producirse en el seno de la sociedad vasca».
Tras «denunciar y rechazar» las amenazas de muerte recibidas por los mencionados cargos de Bildu, la Cámara «insta al Departamento de Interior y a la Justicia a que adopten las medidas necesarias para identificar al autor o autores de dichas amenazas con el fin de que puedan ser juzgados».
Finalmente, también se incluyó el punto en el que el Parlamento «expresa su esperanza en que el final definitivo de la actividad terrorista de ETA se vea acompañado por un avance sustancial en nuestra convivencia democrática».
Catálogo de agravios
A pesar de la unanimidad de la votación y de la felicitación general por el consenso alcanzado, el debate entre los grupos no estuvo exento de críticas y pullas entre los grupos, y de acusaciones contra la izquierda abertzale que está excluida de la Cámara.
El proponente, Juanjo Agirrezabala, de EA, denunció que para PSE y PP «no todas las víctimas son iguales, hay categorías entre ellas. Unas lo merecen todo y otras no». Pese a ello, consideró que el acuerdo de ayer era un paso adelante y por eso había aceptado la transacción.
Por el PSE, Francisco García arrancó su intervención colocando a su partido en «primera fila, combatiendo a quienes asesinaban y amenazaban». Se alegró «profundamente de que, gracias a la firmeza de mi partido y de tantos demócratas vascos y gracias a las políticas de firmeza del Gobierno del lehendakari Patxi López, ETA haya sido derrotada». Y después se declaró «en contra de todos los sinvergüenzas y de todos los cobardes que se escudan en el anonimato para sembrar la inquietud y el miedo entre los ciudadanos porque hemos padecido durante muchos años a los sinvergüenzas y a los cobardes».
García dijo luego que «ninguno de los alcaldes de Bildu se ha comprometido públicamente desde su toma de posesión a cosas tan sencillas como solidarizarse con las personas amenazadas por ETA en sus municipios, garantizar su seguridad y desautorizar explícitamente cualquier acto de violencia callejera».
Gorka Maneiro, de UPyD, dijo no conocer las cartas amenazantes, y Mikel Arana, de EB, observó intenciones electoralistas en la propuesta introducida por EA en un pleno a las puertas de la campaña. El portavoz de Aralar, Oxel Erostarbe, indicó que su formación siempre rechaza las amenazas, pero recordó que cuando aparecieron pintadas en Bera contra su alcalde, Bildu no apoyó un texto que recogía un punto del Acuerdo de Gernika.
Carlos Urquijo, en nombre del PP, reivindicó «esa superioridad que nos permite ser empáticos con aquellas personas que ni movieron ni han movido un músculo cuando nosotros lo pasamos mucho peor que ellos».
Y Maribel Vaquero aseguró que el PNV condena todas las amenazas, sea quien sea su autor y su víctima. Criticó que otros, en alusión a la izquierda abertzale, no lo hagan y «tengan todavía un largo camino por recorrer». Pero también denunció que no se hubiera podido incluir la «solidaridad y el apoyo» del Parlamento a estos amenazados, como demandaba la propuesta inicial de EA.
Durante el pleno de ayer se conoció que el pasado sábado el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Oñati recibió también una carta amenazante del mismo tipo de las enviadas a otros cargos de Bildu en verano.