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Nanni Moretti imagina El Vaticano por dentro en «Habemus Papam»

Nanni Moretti se alía con el gran actor Michel Piccoli para hacer la más felliniana de sus películas, en la cual ofrece una visión interna del Vaticano absolutamente personal y surrealista. También es el retrato de un hombre abrumado por el enorme peso de la responsabilidad jerárquica.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Nanni Moretti se ha tomado su tiempo para reponerse de la desigual acogida a su anterior «El caimán», película condenada al debate y consumo internos. Afrontó el juicio a Berlusconi desde la óptica del cine italiano, porque allí nadie se atrevía a enfrentarse con el dueño del monopolio mediático que tantos réditos políticos le ha dado. Es lógico que después de retratar al presidente del país, aunque fuera de modo tangencial, se haya ido a fijar en el representante de un poder menos terrenal, como lo es el Sumo Pontífice de Roma.

Esta vez la cosa ha ido más tranquila, porque no ha habido una protesta oficial por parte de la Iglesia contra la película «Habemus Papam», salvo por alguna carta firmada a título individual. El cineasta Moretti no tuvo permiso para rodar en El Vaticano, pero tampoco le importó, puesto que quería dar una visión particular, muy suya, de ese mundo tan hermético. Y así lo ha de entender cualquier espectador, incluso los que por su filiación católica puedan sentirse más descolocados con esta curiosa fábula papal.

La crisis de las vocaciones

Ser sacerdote en el mundo actual supone una gran renuncia, y no digamos ya para una persona corriente si es nombrada jefe de la Iglesia contra su voluntad. Esto le ocurre al cardenal que sale elegido contra todo pronóstico, y que en la memorable interpretación de Michel Piccoli cobra la dimensión de una víctima del miedo escénico. Incapaz de enfrentarse a la multitud que aguarda en la Plaza de San Pedro, ni siquiera consigue asomarse a la balconada y prefiere huir en cuanto tiene una oportunidad.

Mientras sale a descubrir la realidad exterior, en El Vaticano es reemplazado por el sicólogo que le ha sido asignado para la resolución de su falta de responsabilidad. El papel del analista en cuestión es asumido por el propio Nanni Moretti, quien trata de mantener entretenidos a los cardenales durante la espera, organizando partidas de cartas y hasta un torneo de voley. Su visión de ese universo cerrado no puede ser más felliniana y surrealista.

ACTOR/DIRECTOR

Mientras el Sumo Pontífice sale a descubrir la realidad exterior escapando del puesto que nunca ha querido, en El Vaticano es reemplazado por el sicólogo que le ha sido asignado para la resolución de su falta de responsabilidad, quien será interpretado por el propio Nanni Moretti.

Estreno

Dirección: Nanni Moretti.

Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo y Federica Pontremoli.

Intérpretes: Michel Piccoli, Nanni Moretti, Renato Scarpa, Margherita Buy, Jerzy Stuhr.

Música: Franco Piersanti.

País: Italia, 2011.

Duración: 104 minutos.

A moretti le gusta la tarta sacher y el waterpolo

Nanni Moretti es el único que en la actualidad se mantiene a la altura de los grandes maestros del cine italiano, gracias a su arrolladora personalidad expresada en películas de inspiración autobiográfica que nos han permitido saber sobre sus gustos, manías e ideas políticas. Es el fundador del movimiento de protesta ciudadana Girotondi y del Festival de Cine Sacher, bautizado así, al igual que su productora, en honor a la tarta Sacher. En su juventud llegó a ser jugador profesional de waterpolo. M. I.

 
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