El coronel Muamar Gadafi transmitió a varias personas de su entorno en los últimos meses de resistencia frente a la ofensiva de la OTAN y al avance de los insurgentes que prefería «morir» a «ser juzgado por Ocampo», en referencia al fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Luis Moreno-Ocampo.

En una entrevista concedida al diario francés «Le Monde», el jefe de su guardia personal, Mansour Dhaou, que fue una de las cinco personas que siguieron al lado del mandatario hasta el momento de su captura y linchamiento el pasado 20 de octubre en Sirte, detalló los últimos momentos de Gadafi junto a los combatientes que resistían el embate de los rebeldes en la ciudad y cómo intentó huir a Jaaraf, su aldea natal, en un convoy de unos 40 vehículos.

El convoy, marcado por la «desorganización», se puso en marcha en torno a las 4.00 de la madrugada y fue detenido por el impacto de un misil de la OTAN. «Falló cuando teníamos que meter a los heridos en los vehículos. Todo fue caótico. La idea era ir a Jaraaf, a 30 kilómetros de Sirte. Allí nació Gadafi y allí fueron enterrados sus padres. Es como si hubiera querido morir en casa», explicó.

Dhaou reveló que Gadafi abandonó Trípoli el 18 de agosto, dos días antes de que las fuerzas rebeldes entraran en la capital, e indicó que abandonar la ciudad fue idea de Saif al-Islam, que pensaba que su defensa ya no era viable.

El jefe de la Guardia personal de Gadafi aseguró que la rápida caída de Trípoli fue consecuencia de la «traición» del comandante encargado de su defensa y «Gadafi se sintió triste porque veía su círculo reducirse», manifestó.

El coronel creyó hasta setiembre que la reconquista del país todavía era posible. En marzo, llegó a pensar en dejar el poder y entregar el testigo a Saif al-Islam, pero finalmente no lo hizo y la llegada de la orden de arresto del TPI complicó aún más su situación. Fue entonces cuando Gadafi no dudó en proclamar que siempre sería «mejor morir en Libia que ser juzgado por Ocampo».