Daniel ramos | trabajador de novogranit, enfermo de silicosis
«Tenemos que unirnos porque la silicosis será la nueva pandemia»
A sus 29 años le han diagnosticado una silicosis de segundo grado. «De repente, todas las expectativas de vida se me han ido al garete», precisa, porque le supondrá la incapacidad total. Junto a otros trabajadores, asesorados por CCOO, han iniciado la formación de una asociación para hacer fuerza.
Juanjo BASTERRA |
Detrás de las brillantes encimeras de aglomerado de cuarzo de marcas como Silestone, entre otras, que adornan nuestras viviendas, hay episodios atroces que terminan con la calidad de vida de trabajadores. Daniel Ramos es de Barakaldo, tiene 29 años y el Instituto de la Silicosis de Oviedo, máxima autoridad médico-científica del Estado español, le ha diagnosticado una silicosis en segundo grado. Está empleado en la «marmolería» Novogranit, de Lemoa, que tiene 14 empleados, dos con silicosis. Ahora, con el apoyo del área de Salud Laboral de CCOO, ha emprendido el camino de formar una asociación de afectados «para informar a los trabajadores y actuar».
¿Qué trabajo hacía en la empresa de Lemoa?
Más que nada elaborar las encimeras de cocina, pero son aglomerados de compacto de cuarzo que contienen un 95% de sílice cristalina, a diferencia de la piedra natural que contiene entre un 15% y 20%. Estas multinacionales fabricantes de estos materiales no han dicho las medidas de seguridad que habría que adoptar, ni nada parecido.
¿Cómo se enteró de que tenía esa enfermedad irreversible?
Empezaron las alertas cuando en 2009 vimos la noticia de que el 60% de los trabajadores de la Marmolería Cid, de Bermeo, tenía silicosis. Nos pusimos nerviosos. En los reconocimientos médicos a un compañero le detectaron silicosis. Nos empezaron a hacer placas de tórax a raíz de los casos de Bermeo. El servicio de prevención de Mutualia me dijo que estaba bien Eso fue en mayo. En julio, un día me encontraba muy cansado y sentía una molestia al respirar. Fui al médico de cabecera, le conté lo del compañero afectado por silicosis y me envió al Hospital de San Eloy para que me hicieran un control exhaustivo. Recuerdo que fue un viernes, pero el lunes a la mañana me llamaron de Mutualia diciéndome que me quería ver el médico del servicio de prevención para una posible enfermedad profesional. Le contesté que unas semanas antes me habían dicho que estaba fenomenal.
¿Qué hizo entonces?
Fui a la empresa y le comenté el caso a uno de los jefes. Otro me había estado buscando el viernes para entregarme otro informe, diferente al anterior en el que me ponía que estaba todo genial, pero en el nuevo me decía «apto en observación, posible enfermedad profesional». Dos meses después, sin analizarme en Mutualia revisaron el informe. Según el protocolo de silicosis, ante la menor sospecha de que haya una enfermedad profesional te tienen que apartar del puesto de trabajo. Pero estuve trabajando hasta el 12 de agosto.
¿Ese segundo grado de silicosis qué supone para su vida?
Según lo que me dijeron en Oviedo, la incapacidad total con 29 años. Supone el 55% del sueldo base, que no te da para vivir. Se te viene encima tu vida y todos los pensamientos. En mayo me metí en una hipoteca. De repente todas las expectativas que tenía en el trabajo, que me iba muy bien, ya no puedo cumplirlas. ¿Dónde voy, con tanto paro? Seguramente que me darán una minusvalía del 33%, pero estás limitado porque no puedo trabajar en ambientes de polvo. Hay que volver a adaptarse a una nueva vida, más saludable, pero tengo muy difícil las expectativas de futuro.
¿Le han dicho los médicos si puede avanzar la enfermedad?
Pregunto, pero nadie lo sabe. Me dicen que se puede quedar ahí, pero también me dicen que puede avanzar poco a poco. Con 29 años, si tengo esta enfermedad incurable ¿cómo voy a estar con 40 años? ¿Tendré que ir con una mochila de estas de aire por la calle? Nadie me lo dice.
¿Por qué es necesaria una asociación de afectados?
Lo principal es poder asesorar. Cuando me ha pasado esto me he visto solo. He tenido que buscar la información en internet. Llamé a gente y contacté con CCOO. Creo que todos los sindicatos se deben unir en este tema y desde la asociación podremos impulsar esa lucha conjunta. En la reunión que mantuvimos estuvimos 20 personas, algunos afectados por silicosis. Todos los trabajadores se tienen que realizar la vigilancia específica de la salud, porque será la nueva pandemia. Mucha gente estará afectada y no lo sabe, porque esa enfermedad está latente entre diez y veinte años, pero con estos materiales nuevos que se utilizan ahora sale antes la enfermedad, en mi caso han sido cinco años y en Oviedo están asustados.
¿En la empresa les han proporcionado los equipos de prevención adecuados?
No. Pero sí que tengo que decir que el verdadero culpable de esta situación son estas multinacionales que meten este material altamente dañino para la salud, sin que los gobiernos lo controlen. Después los servicios de prevención son culpables, en este caso Mutualia, porque al final la empresa paga por un servicio que no le asesora adecuadamente. Está claro.
¿Cuántos tienen silicosis en Novogranit?
Dos. El otro compañero tiene silicosis simple. La mía es silicosis complicada. Estoy esperando otro informe de la neumóloga del Hospital de Galdakao, pero en Oviedo se quedaron asustados con el desarrollo de la silicosis. En la empresa yo pulía los cantos de las encimeras. Cuando empecé no había máquinas con agua, sino era en seco y había mucho polvo. El polvo que hace daño está en el ambiente, no se ve. Las mascarillas que teníamos no eran las adecuadas.
¿Cómo se plantea el futuro?
Tengo una gran incertidumbre. Estoy de baja por enfermedad en este momento, desde setiembre, cuando volví de vacaciones y en la mutua me hicieron el control ya vieron la gravedad del problema.
¿Qué dice el empresario?
Que todos somos culpables, pero, lo que es evidente es que no puso los medios, ni el servicio de prevención al que paga e, incluso Industria permite que ese material peligroso esté en todas aquellas empresas que colocan encimeras. Saben que es muy peligroso. Es intolerable.
«En junio, el servicio de prevención de Mutualia nos hizo exámenes médicos y me dijo que estaba genial, pero dos meses después fui al Hospital San Eloy aquejado de molestias al respirar y me detectaron el problema; entonces, Mutualia cambió el informe. He estado trabajando hasta agosto tragando más polvo»