El Centro Superior de Música de Euskal Herria, Musikene, ha conseguido iniciar el nuevo curso con «normalidad absoluta» tras la grave crisis que sufrió al final del anterior curso lectivo. Varios profesores dimitieron de sus cargos y los alumnos se declararon en huelga indefinida como una respuesta «desesperada» a la situación en el que vivían en el centro de estudios. Y es que, la coordinadora general, Carmen Rodríguez Suso, puso en pie de guerra a todo la comunidad a raíz de las medidas que decidió instaurar en Musikene para afrontar la crisis.

Tras su dimisión el pasado mes de junio, el Patronato de Musikene designó una comisión gestora para que se hiciera cargo de la dirección del centro hasta conseguir normalizar la situación. Dicha comisión está constituida por Patricio Goialde, gestor académico; María Alicia González, gestora del Área de Recursos Humanos; e Idoia Aguirre, encargada del Área Económico-presupuestaria. Según explicó en la rueda de prensa que ofrecieron ayer en el Palacio Miramar donostiarra el viceconsejero de Universidades e Investigación, Pedro Luis Arias, y la directora de Estudios y Régimen Jurídico, Ana Caro, se trata de una dirección colegiada que, según Arias, continuará liderando el proyecto durante los próximos meses, hasta que el Patronato de Musikene decida zanjar la labor de la comisión y establecer de nuevo unos órganos de dirección permanentes.

Arias explicó que, desde la creación de la comisión, se ha producido «un proceso de maduración» en la comunidad académica que ha hecho que ahora sea «más consciente» de cuál es la situación del conservatorio superior tanto desde el punto de vista económico como jurídico. Además, dijo que en estos meses de trabajo han realizado varias encuestas entre el alumnado y el profesorado para evaluar la situación y saber, a ciencia cierta, qué necesidades existían en el centro.

Arias añadió que parte del presupuesto de este año se ha destinado a la regularización de la plantilla, ya que muchos profesores estaban contratados por medio de contratos mercantiles. Todas esas irregularidades, heredadas del equipo anterior a Rodríguez Suso, han quedado solventadas al incorporar a estos docentes al régimen general de la Seguridad Social.

Esperando las obras

El trabajo de la comisión también se ha centrado en las obras de la nueva sede de Musikene. La comisión ha redimensionado el proyecto arquitectónico reduciendo el presupuesto en 20 millones de euros, pasando de los anteriores 44 millones a 24 millones de euros.

El viceconsejero opinó que es necesario que este centro, el único de estas características en Euskal Herria, tenga un edificio propio -ahora mismo los alumnos se encuentran desperdigados por la ciudad-. Por ello, pese a la reducción de los 20 millones del presupuesto anterior, la nueva sede «sigue manteniendo todas sus funcionalidades», aseguró Arias.

Para conseguir la disminución del presupuesto, han redimensionado el edificio que ahora tendrá «una planta menos, modificaciones en el Salón de Actos y en otros tantos espacios del mismo», explicó Ana Caro, directora de Estudios y Régimen Jurídico.

El viceconsejero previó que las obras comenzarán en abril del año que viene y que terminarán en un plazo de 28 meses, aunque el inicio de las obras está condicionado por posibles recursos a la adjudicación de los contratos de construcción y de dirección de obra, que deben adjudicarse por dos concursos diferentes. En estos momentos el proyecto se encuentra en fase de licitación que, aseguraron, se hará efectiva antes del 31 de diciembre de este año.

Éxito de matrículas

Tras los meses convulsos que pasó Musikene, la comisión consiguió comenzar el curso con normalidad, realizando las pruebas de acceso (el 91% de los candidatos aprobaron dichas pruebas) y los procesos académicos normales, tales como los exámenes o los proyectos de fin de carrera.

Este curso Musikene cuenta con 333 alumnos, de los cuales, el 30% de los estudiantes proceden de Euskal Herria (47% de Gipuzkoa, 35% de Bizkaia, 18% de Araba, y 7% de Nafarroa), el 56% del Estado español, y el 7% restante del extranjero.