José Luis Mendilibar empieza a asumir que viajará a Madrid con una expedición de circunstancias. Patxi Puñal protagonizó ayer la buena noticia en Tajonar al recibir el alta médica, pero la recuperación del capitán, aunque bienvenida, supone un alivio insuficiente para la situación de los rojillos.

Y es que es en defensa, donde a Mendilibar se le acumulan las ausencias y, en consecuencia, los problemas. Jukka Raitala, que se retiró la víspera del entrenamiento por una sobrecarga en el cuádriceps derecho, no pudo entrenar ayer con sus compañeros y, aunque el cuerpo técnico realizará una última prueba antes de partir, el finlandés apunta ahora mismo a baja. Se uniría a las de otros cuatro defensas -Roversio, Sergio, Marc Bertrán y Etxaide-, a los que también acompañan en la enfermería Lamah y Masoud. Con Álvaro Cejudo fuera de combate por sanción, casi hay que tirar de calculadora para hacer las cuentas: ocho bajas y apenas 16 jugadores del primer equipo -el 17º sería el tercer portero- disponibles. Ni siquiera la incorporación de Eneko Satrustegi, que entrena estos días con el primer equipo y cuya entrada en la expedición se da por segura, permite completar la convocatoria.

De ahí que los problemas del Real Madrid suenen casi a risa. Sobre todo porque, además, Jose Mourinho -que ayer diseñó para sus hombres, más habituados a los encuentros nocturnos, un plan de trabajo que calcaba los horarios que seguirán mañana-, ha tenido la fortuna de recuperar a Coentrao y Arbeloa, que estaban en duda, para el encuentro. Las únicas ausencias seguras por parte madridista son, así, las de Kaka y Carvalho.

Dificilísimo, no imposible

Bastantes más debería sufrir el equipo merengue para poder considerar el de mañana un choque asequible. Pero ése no es el pensamiento de los rojillos que, pese a asumir el potencial del rival, no quieren descartar la sorpresa. «Si nadie ha ganado todavía allí... Hay que ir sabiendo que el trabajo se debe multiplicar por dos o por tres y que hay que estar muy atento a cada jugador. Son muy difíciles de parar», reconoce Rubén.

Pero el central, ex del equipo madrileño, es de los que cree que no hay nada imposible. «Estando concentrados, juntitos y trabajando nuestras armas podemos pelearlo», asegura Rubén, para el que Osasuna no se plantará en el Bernabéu «con mentalidad negativa, o de amarrar el empate y sacar un autobús. Es un equipazo, pero no deja de ser un partido de fútbol y en un partido pasan mil cosas». El defensa gallego, además, tiene claro que la mejor manera de forzar alguna de esas mil cosas es manteniéndose fiel al propio estilo. «Soy partidario de no cambiar la forma de trabajar porque sea un rival u otro. La moral está alta y el equipo está trabajando bien, así que por qué cambiar. Luego te puede salir horrible -asume-, pero te mueres con tus armas y con la cabeza alta».

Sanción a un socio rojillo

Por otro lado, y según informó Efe, el juez ha desestimado los recursos presentados por un socio de Osasuna contra una sanción que le fue impuesta en 2008 por una infracción «muy grave» y ha declarado firme la multa de 10.000 euros y la prohibición de acceso a los recintos deportivos por dos años fijada en su momento.

Los hechos se remontan a octubre de 2008, durante el encuentro entre Osasuna y Betis en el Sadar, cuando este iruindarra de 24 años, realizó «un acto de provocación e incitación a la violencia, graves insultos y amenazas» a un grupo de aficionados visitantes que se encontraba en la Tribuna Alta.