GARA > Idatzia > Iritzia> Txokotik

Txisko Fern�ndez Periodista

Los votos, antes que las encuestas

El arranque oficial de las campa�as electorales ha ido perdiendo sustancia durante los �ltimos a�os, en gran medida debido a la aparici�n de nuevos soportes tecnol�gicos que han multiplicado la capacidad de las candidaturas para llegar al electorado de una forma m�s r�pida e insistente. Los tiempos cambian y, por ejemplo, ya no se meten tantas horas rellenando sobres con votos y pateando las calles del barrio para buzonearlos.

La estricta legalidad de hace unas d�cadas, �sa que impide pedir directamente el voto antes de la medianoche, tambi�n es cosa del pasado. Aunque se cumpla con la norma, las formaciones pol�ticas comienzan su primer acto electoral a media tarde y casi nadie se queda a escuchar las doce campanadas para pegar el primer cartel. Lo cual, sea dicho de paso, agradecemos quienes trabajamos en el mundo period�stico.

No obstante, hay cosas que no cambian y, entre ellas, la m�s significativa es la publicaci�n de las encuestas. Aqu� s� se apuran los plazos legales y muchos medios de comunicaci�n dedican un buen presupuesto a contar con su propio sondeo.

Lo que ya poca gente se traga es que esos trabajos �period�sticos� busquen publicar la verdad, aunque �sta sea relativa y se pueda encajar, en caso de necesidad, en una amplia horquilla de esca�os. Por poner s�lo un ejemplo, el CIS -organismo p�blico dependiente del Ministerio espa�ol de Presidencia- public� el viernes su habitual encuesta y en ella otorgaba al PSE siete esca�os en la CAV, cinco al PP; tres al PNV y otros tres a Amaiur. En Nafarroa, repart�a tres para la coalici�n UPN-PP y dos para el PSN.

Si alguien se tomara en serio su trabajo en el CIS, esa quiniela nunca deb�a haber sido publicada. Y si alg�n responsable de ese desaguisado apelara a que �eso es lo que nos han dicho las personas consultadas�, se le podr�a replicar que en sociolog�a es habitual usar el t�rmino �cocinar� para explicar que el resultado de un sondeo de este tipo no es el mismo que dar�a una calculadora sumando cifras; la intenci�n de voto �se cocina� siguiendo ciertos criterios, m�s o menos pol�micos, para alcanzar un resultado que sea �aceptable� por el sentido com�n.

De todas formas, los votos siempre cuentan m�s que las encuestas, que tambi�n van quedando caducas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo