Si el objetivo del Caja Laboral Baskonia era el de ganar y mostrar cierta mejora en el global de su juego, se puede decir que el conjunto gasteiztarra cumplió a medias su cometido. Por un lado, barrió de la pista a un Obradoiro que abdicó de competir desde el arranque, fruto de la apañada defensa baskonista. Asimismo, hombres como Oleson o Reggie Williams ofrecieron minutos más que interesantes. No obstante, fruto sobre todo a la endeblez de la escuadra galaica, los de Ivanovic hicieron gala de un juego con altibajos, con un cupo excesivo de errores, sobre todo en cuanto a balones perdidos.

No fue, desde luego, el mejor partido del mundo, donde el Baskonia se limitó a defender con decencia -mención especial para Dorsey que volvía a ser titular- para anular a un Obradoiro incapaz de anotar su primera canasta en juego -hasta el momento sólo llevaba un punto tras cuatro tiros libres- hasta el minuto 8 de juego. Los locales, por su parte, generaban sus puntos a través de las faltas provocadas y la buena puesta en escena de Oleson.

Tras el 14-1 de inicio, el cuadro gallego respondería con un parcial de 0-6 que obligó a Ivanovic a pedir su primer tiempo muerto. Fruto del parón y la entrada de Seraphin y Williams, el primer cuarto acababa con un 18-7.

El segundo discurrió por derroteros idénticos. Poco ritmo y desigual intensidad, con el que el rival baskonista aprovechaba para mantenerse a una distancia de derrota digna -debido a las ausencias por personales de Ebi Ere, Bulfoni o Lasme, jugadores como un aplaudido Milt Palacio o Corbacho pudieron lucirse un poco-, pero sin comprometer la victoria local en ningún instante. Por parte baskonista, la peor noticia era la ración de banquillo de Milko Bjelica, ya que cometió tres faltas con rapidez -al igual que un Seraphin algo disperso y blando frente a Junyent-, y el enésimo «olvido» de Ivanovic hacia Nemanja Bjelica y Dorsey.

Sin mayores alardes, el luminoso reflejaba un 34-26 al descanso que reflejaba las taras de cada uno de los contendientes, así como el destino de un duelo escrito de antemano.

Las cosas en su sitio

El guión del partido no varió un ápice tras el descanso largo. El Caja Laboral Baskonia, a pesar de sus pérdidas e irregular partido, volvió a abrir brecha ante un Obradoiro que falló todos los tiros del mundo bajo la cesta gasteiztarra.

Con todo, no sobra poner en el haber de los de Ivanovic su buen trabajo atrás. Con Seraphin en el banquillo fruto de las faltas, Joey Dorsey se volvió a mostrar como un elemento ciertamente útil en tareas defensivas, e incluso ofensivas si pierde ciertos «vicios» que lo llevan a cometer pasos, y también a la que los árbitros lo respeten un poquito más.

En un tercer período que acabó con un parcial de 19-8, el Baskonia lució cierta paciencia a la hora de buscar canastas al límite de la posesión, con el propio Dorsey -que acabó un alley oop invalidado por falta anterior del conjunto gallego- o Mirza Teletovic culminando cerca de canasta buenas jugadas donde el cuadro gasteiztarra mostró cierta calidad para el pase.

Y si en el tercer cuarto las cosas quedaron en su sitio, el arranque del último fue aún más clarificador. Sendos triples de Teletovic y un Prigioni ya unánimemente aplaudido hicieron que la renta local superara la veintena, asegurando, a falta de una mejora real en el juego, sobre todo en ataque, una victoria la mar de sencilla.