GARA > Idatzia > Kultura

Iratxe FRESNEDA | Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

Ezeiza, «cineasta sordomudo»

Esta película que hice en el año 88 es una decisión que en su día fue heroica, pero que sigue siéndolo. La de hacer una película que fuera vasca por todos los lados: temática vasca, rodada en Euskadi, con un cineasta vasco y en euskera, que es el añadido que le faltaba». Así hablaba Antxon Ezeiza de uno de sus proyectos más polémicos: «Ke arteko egunak». Una cinta que se estrenó en el Zinemaldia y a la que pocos desearon acercarse en profundidad, aunque fuera, como dijo el cineasta, para decir que «era una mierda de película». Sea como fuere, centrada en la temática del retorno, de la huída al mismo tiempo, de su vuelta aunque no tenga nada autobiográfico, la cinta hablaba del ahogo existencial, no solo del de aquellos vascos y vascas que lo sufrían en sus carnes por motivos políticos.

Fue un tipo valiente, cinematográficamente hablando, como figura pública... Escritor analfabeto, un vasco no euskaldun, cineasta sordomudo... Era ingenioso y sincero hasta para definirse. Con Querejeta como productor, rodó los largometrajes «El próximo otoño» (1963), «De cuerpo presente» (1965), «Último encuentro» (1966) y «Las secretas intenciones» (1969). Pero esta etapa finalizó cuando tuvo que exiliarse en Centroamérica. Allí rodó «Mina, viento de libertad» (1976) y «El complot mongol» (1977). Tras la amnistía de 1977 regresó a Euskadi con la ilusión de cimentar una cinematografía nacional vasca. Coordinó los Ikuskas y «Erreferenduma», el primero de todos, fue dirigido por él mismo. Ayudante de dirección de cineastas como Bardem, Eugenio Martín, Jorge Grau o Mur Oti, su huella en el cine merece ser reconocida más allá de estos lares.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo