LEMONA 1

ALAVÉS 1

Sólo había una manera de que tanto Lemona como Alavés prolongasen sus rachas y fue exactamente lo que sucedió ayer en Arlonagusia. El encuentro terminó en tablas, con lo que los cementeros acumulan ya ocho encuentros sin conocer la victoria y los albiazules siete -esta semana concluirán el encuentro frente al Bilbao Athletic, suspendido por las fuertes lluvias- sin conocer la derrota.

Dos rachas opuestas y lógicamente reflejadas en la clasificación, pese a lo que ambas escuadras llegaban con urgencias al encuentro. Sobre todo el Lemona, claro está, deseoso de abandonar los puestos de descenso antes de que las distancias resulten excesivamente amplias. Pero también el conjunto gasteiztarra, que ve cómo la media inglesa que viene marcando en las últimas semanas le está resultando insuficiente para convertir la zona de play-off en su habitat natural.

Quizá por eso, la primera mitad fue muy intensa. Los babazorros se adelantaron casi de inmediato, al aprovechar Indiano un centro al área para batir a Alcalde de tiro raso y colocado. El sopapo espoleó a los jugadores locales, que hicieron valer su juego directo para arrinconar al Alavés. Alcalde, no obstante, tuvo que emplearse a fondo para evitar que Geni y Salcedo ampliaran diferencias en dos acciones aisladas.

Primer penalti

El empate acabó por llegar superado el mingo veinte. Aridane, de forma desafortunada, se desestabilizó, cayó en el área y cometió penalti al tocar el cuero con la mano. La acción le valió la tarjeta amarilla y a su equipo el empate porque Orbegozo no perdonó desde los once metros. A partir de ese momento la intensidad se multiplicó, aunque faltó puntería por ambas partes.

El encuentro cambió por completo tras el paso por vestuarios. El Lemona tomó el mando en el segundo tiempo, adueñándose de la posesión del cuero y asediando la meta defendida por Rangel, que realizó un par de intervenciones de mérito para evitar el segundo gol local. Durante más de media hora, aquello fue un auténtico monólogo de los de González Etxebarria, que llegaron a estrellar un balón en el travesaño, en un potente remate de Iglesias.

Pero, lo que son las cosas, fue en el área opuesta donde estuvo a punto de decidirse el encuentro. Y es que, cuando sólo restaba un cuarto de hora para el final, el Alavés se encontró con un penalti que le abrió las puertas del cielo. Alcalde se erigió entonces en el protagonista del choque, al detener el lanzamiento de Geni y evitar un marcador que habría resultado francamente injusto para su equipo.

El partido acabó en ese momento. Exhaustos por el esfuerzo realizado, los dos equipos bajaron el ritmo, nivelaron sus fuerzas y dejaron discurrir los pocos minutos restantes sin demasiados sobresaltos.

El River suma y sigue

También prolonga su racha el Sestao River, que ayer se impuso al Zamora (2-0) con dos goles de Oskar Martín. Con el triunfo, que les aupa hasta la séptima plaza, los verdinegros acumulan ya siete jornadas en positivo, en las que han enlazado cuatro victorias y tres empates.

Jon Moya

Estuvo muy sobrio durante todo el partido, bien posicionado y controlando siempre los ataques locales, pese a que en el segundo tiempo se le multiplicó el trabajo.