Inesperada derrota frente al Cajasol
Los de Katsikaris confunden la velocidad y las prisas
Urtasun, Bogdanovic y Davis dieron un inesperado tortazo a un Bilbao Basket donde sólo brilló Grimau.
GESCRAP BILBAO BASKET 67
CAJASOL 75
Arnaitz GORRITI
No siempre se puede tirar de épica ni de heroica. A veces toca sufrir y ganar jugando mal. Y bueno, si al final el resultado es de triunfo, pues ni tan mal, porque ayer, un mal partido terminó con una derrota tan dolorosa como inesperada.
Por otro lado, algo de sortilegio ha de haber en el Cajasol, que logra que muchos de sus partidos, especialmente aquellos que disputa lejos de su feudo, se empantanen hasta el extremo.
Con todo, los hombres de negro -ayer otra vez de negro- se quedaron sin su cuarto triunfo liguero, -ante un rival directo por la Copa, por cierto- sobre todo porque mostraron una evidente inferioridad a la hora de afrontar los minutos finales, donde confundieron velocidad con precipitación y prisas. Con los principales referentes bilbainos desaparecidos en combate, Roger Grimau fue uno de los destacados del duelo. Añadió varios puntos más de lo habitual a su aportación anotadora, pero además fue quien más cabeza le puso al encuentro. Asimismo, Vasileiadis sacó a relucir su instinto de tirador, pero también hizo gala de su irregularidad.
Mientras, el trío Urtasun, Bogdanovic y Davis fue el verdugo de los de Katsikaris, sobre todo un Txemi Urtasun que dio una lección de carácter, liderando a los de Joan Plaza en los peores momentos del Cajasol, y pidiendo el balón para decidir a base de unos contra uno que terminaba en penetración o en triple. El iruindarra sumó 22 puntos, 3 rebotes, 2 asistencias y 2 robos, para una valoración de 22.
Horrible primera mitad
Pero, a decir verdad, el arranque del partido, especialmente «caliente» por parte de los aficionados reunidos en el Bilbao Arena, gracias a los rescoldos del triunfo cosechado en Euroliga frente al Caja Laboral Baskonia, tenía aspecto de paliza, ya que los de Katsikaris se adelantaron por un más que claro 16-7.
En el cuadro hispalense Paul Davis era el único capaz de anotar -algo normal, ya que casi era el único que miraba a canasta, hasta el punto de que el pívot estadounidense dejó de dar pases muy claros a sus compañeros- y hasta Pancho Jasen rozó el ridículo al fallar un mate completamente solo.
Pero los hombres de negro no supieron aprovechar el pésimo inicio andaluz, y protagonizaron un segundo cuarto simplemente terrorífico. Tiros fáciles errados, ausencia absoluta de juego en estático... Bilbao Basket se sumergió en el marasmo de juego mediocre de su rival, dándole vida a un rival que no se creía que pudiera ganar durante esos primeros minutos. Sólo la entrada de Bogdanovic y las primeras pinceladas de Urtasun -y la merecida ración de banquillo para Davis- hicieron que los de Joan Plaza llegaran vivos al descanso, con un pírrico empate a 28 en el luminoso.
Y desastre en el cuarto final
Los locales saltaron al parqué con bríos, dando al fin rienda suelta al juego, pudiendo correr y abriendo una renta de hasta ocho tantos, 51-43, tras un «costa a costa» de Jackson, permitiéndose el «tirabuzón» de pasarse el balón por la espalda. Asimismo, los grandes minutos de Grimau y Vasileiadis parecían decantar el duelo por los hombres de negro.
Pero llegó el desastre. Bilbao Basket volvió a atascarse y fue presa de su propia trampa de las prisas y la precipitación. Cajasol se rehizo gracias a su defensa y su «trío mágico» decidió con un parcial final de 14-26, sobre todo un parcial de 5-13 a partir del empate a 62. Un duro golpe con el que nadie contaba.
Fotis Katsikaris no tenía ganas de hablar del partido y sí de los árbitros. El técnico heleno, al parecer harto con el trabajo de los colegiados, exigió «respeto».
«No sé qué pasa con la falta de respeto de los árbitros. Los criterios han sido distintos. Desde el año pasado tenemos la fama de jugar fuerte. La diferencia de tiros libres es inmensa -12 por 25-, ante un equipo agresivo en defensa; si nos pitan a nosotros, les tienen que pitar a ellos. Las decisiones en contra han decidido el partido», dijo.
«No me gustan las excusas, pero ya está. Somo subcampeones y jugamos Euroliga. Pedimos respeto», remachó. A. G.