De visita en Trípoli, el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Luis Moreno Ocampo, accedió a que Saif al Islam Gadafi, hijo del derrocado y fallecido líder libio, no sea entregado a La Haya y sea juzgado en el país árabe siempre y cuando se permita la participación de jueces extranjeros en el proceso.

Ocurre que el TPI tiene la competencia exclusiva en este caso en virtud de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU del 26 de febrero.

Organizaciones como Amnesty International han recordado además que visto el estado actual del «sistema judicial» libio y teniendo en cuenta el trágico final de su padre y de su hermano Mutasim -linchados tras su detención-, el nuevo régimen no estaría en condiciones de impartir un juicio con garantías mínimas. A ello hay que sumar que el código penal libio prevé la pena de muerte, mientras la máxima condena del TPI es la cadena perpetua.

Ocampo justificó la marcha atrás contemporizando con el nuevo régimen y alabando su voluntad de juzgarlo.

Pero los hombres fuertes de la nueva Libia se lo habían dejado claro nada más pisar suelo en el aerpuerto. «En una palabra, no lo vamos a entregar», zanjó el ministro de Justicia Mohamed Allagui. De visita en Bengasi, la embajadora de EEUU en la ONU, Susan Rice, se mostró satisfecha con las «garantías» en torno al juicio al hijo del coronel.

A ello se suma que muchos países occidentales, sobre todo Gran Bretaña, podrían verse en un aprieto si el considerado delfín de Gadafi narrara sus negocios compartidos.

Sobre la detención el domingo del jefe de los servicios secretos del viejo régimen, Abdallah Al-Senussi, ni el TPI ni EEUU están en condiciones de confirmarla. Tres días después, no hay noticia alguna sobre su paradero ni se ha distribuido imagen alguna, al contrario que en el caso de Saif al-Islam.

El nuevo régimen, que insiste en que al-Senussi está detenido, añadió que el hijo menor de Gadafi, Jamis -comandante de las brigadas militares de élite que recibían su nombre- habría sido localizado en Terhuna, a 90 kilómetros de Trípoli, tras los interrogatorios a su hermano y estaría rodeado.

De pago, la cartera de Defensa

El jefe de la brigada rebelde de la ciudad de Zenten, Ossama Juili, será el nuevo ministro de Defensa en atención a la captura por sus hombres de Saif al-Islam. Este puesto era codiciado por los islamistas, que denuncian que Juili condicionó su entrega a Trípoli a lograr el cargo.