Occidente arranca la primera condena contra Siria en Naciones Unidas
Ante la imposibilidad de sacar adelante una resolución de condena la represión en Siria en el Consejo de Seguridad de de ONU, por la oposición de Rusia y China, Alemania, Gran Bretaña y el Estado francés recurrieron a la Comisión de Derechos Humanos, que ayer condenó al país árabe. Damasco tildó de «declaración de guerra» dicho proyecto de resolución, que el pleno de la Asamblea General votará en diciembre.
GARA | NUEVA YORK
La Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU condenó ayer la represión del Gobierno sirio contra la población civil y pidió el fin inmediato de la violencia, que ha causado, según datos de Naciones Unidas, más de 3.500 muertos. El proyecto de resolución, presentado por Alemania, Gran Bretaña y Estado francés, fue adoptada por 122 votos, 41 abstenciones y 13 votos en contra, como los de Irán, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Birmania o Corea del Norte, entre otros.
La condena de la Comisión se produjo después de que el Consejo de Seguridad, máximo órgano de decisiones de Naciones Unidas, haya fracasado durante meses en el intento por la oposición de China y Rusia, que hoy se abstuvieron, y con la abstención de Brasil, India, Sudáfrica y Líbano.
Siria fracasó en su intento de aplazar la votación ya que la citada comisión rechazó la petición realizada por el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, que rechazó las denuncias de ese «politizado» proyecto de resolución, al tiempo que acusó a los países que la respaldan de hacer «un uso no ético de los nobles objetivos de los derechos humanos» y de «incitar a una guerra civil».
«Declaración de guerra»
En su comparecencia ante la Comisión, Jaafari consideró que el borrador «ha sido presentado a la Asamblea General en el marco de la guerra política y mediática declarada a Siria».
«Esto es una declaración de guerra que pretende afectar a la independencia de nuestras decisiones políticas y frenar nuestro avance en la agenda política nacional», denunció Jaafari.
Además, calificó de «lacayos de Occidente» a los cinco países árabes que han apoyado el borrador, al tiempo que defendió los progresos de Siria. «En Siria, desde 1918 las mujeres pueden votar, pueden conducir coches, pueden ser médicos. Tenemos Parlamento», señaló en alusión a Arabia Saudí.
El texto, que contó con el respaldo de sesenta países, entre ellos Arabia Saudí, Qatar, Bahrein, Kuwait, Jordania y Marruecos, condena «enérgicamente las violaciones graves, continuas y sistemáticas de los derechos humanos por las autoridades sirias, como las ejecuciones arbitrarias», así como el uso excesivo de la fuerza y la persecución y muerte de manifestantes y defensores de los derechos humanos, la detención arbitraria, las desapariciones forzosas, la tortura y «los malos tratos a detenidos, incluidos niños».
Igualmente exhorta a Damasco a «poner fin de inmediato a todas las violaciones de los derechos humanos, a proteger a su población y a cumplir plenamente sus obligaciones en virtud de las normas internacionales de derechos humanos». Y le pide implementar la hoja de ruta de la Liga Árabe «en su totalidad y sin demora».
El borrador aprobado pasará al pleno de la Asamblea General y será votado en una sesión prevista para diciembre. Pero una resolución de la Asamblea General no tiene el mismo grado de vinculación que una del Consejo de Seguridad, por lo que la intención de las potencias occidentales sigue siendo lograr una condena contundente por parte del máximo órgano de Naciones Unidas.
Ayer, Turquía volvió a instar a Bashar al-Assad a que dimita «sin derramar más sangre» y por el bien de la región, recordándose lo ocurrido con Adolf Hitler, y más recientemente, con el líder libio Muamar Gadafi, aunque aclarando que sus críticas a Damasco no suponen una petición de una intervención militar extranjera en Siria.
Siria cuenta con Irak y Líbano para evitar ser asfixiada por las sanciones que la Liga Árabe pretende imponer a Damasco con el fin de obligar al presidente, Bashar al-Assad, a acabar con la represión. «Sabemos cómo hacer frente a la adversidad, porque hemos sufrido sanciones durante años y si Rusia es nuestro escudo político, Irak, Líbano e Irán son nuestro oxígeno económico», aseguró a AFP un responsable sirio bajo anonimato. Después de que finalizara el últimatum dado, la Liga Árabe tiene previsto reunirse y anunciar mañana sanciones económicas contra Siria, cuya participación en la organización quedó suspendida. Las medidas se referirán a viajes, transferencias bancarias, congelación de activos sirios en los países árabes, la paralización de proyectos árabes o árabe-sirios y la suspensión de Siria en la GAFTA (zona árabe de libre comercio).
«Nosotros queremos estrangular financieramente al régimen de Al-Assad, pero no a la población», señaló el secretario general adjunto de la Liga Árabe para asuntos económicos, Mohammad Twaijri. Pero un comerciante sirio recuerda que ante los embargos occidentales muchos sirios instalaron sus empresas en otros países para enviar y recibir mercancía, y asegura que los más afectados, de los que la Liga Árabe no dice nada, serán los pobres.
Algunos expertos dudan de que se pueda llevar a cabo la suspensión de Siria en la GAFTA y advierten de que Damasco puede tomar represalias ya que el tránsito entre Europa y el Golfo pasa por Siria y si Damasco cierra sus fronteras con Turquía y Jordania bloqueará los productos destinados a Arabia Saudí y los países del Golfo, y las rutas alternativas elevarán los precios de forma importante. GARA
Al menos seis menores, cinco de ellos de 5, 10, 11, 13 y 15 años de edad, murieron ayer por la represión en Houle, Homs y Deir Ezzor, informaron los Comités de Coordinación Local. Además hubo otras 23 víctimas mortales.