Decenas de miles de yemeníes se manifestaron ayer en la capital, Saná, para rechazar la inmunidad acordada para el presidente, Ali Abdala Saleh, y sus colaboradores a cambio de que abandone el poder en un plazo de 30 días. «La sangre de los mártires que le ha forzado a dejar el poder le llevará a prisión y no se habrá derramado en vano», declaró en su sermón el imán que dirigió el rezo del viernes, Fuad al Hanjari, ante la muchedumbre.

«La plaza seguirá siendo nuestra hasta la consecución de nuestros objetivos: la caída de todo lo que queda del régimen y la aparición de un nuevo Yemen», insistió en este rezo durante el cual se llevaron a cabo los funerales de las cinco muertes el pasado jueves, tiroteados por partidarios de Saleh.

Las manifestaciones para pedir que Saleh rinda cuentas se sucedieron a lo largo del país.

Al mismo tiempo los partidarios del presidente, menos numerosos, se manifestaron en la plaza Saabine, en el sur de Saná, pidiendo que cualquier cambio venga de las urnas, un discurso habitual del jefe del Estado.

Saleh sigue en Arabia Saudí

Saleh se encuentra todavía en Arabia Saudí, donde firmó el acuerdo que le garantiza la inmunidad después de meses de retrasos y dilaciones. El pacto, que suscribió la oposición parlamentaria y que parece satisfacer a los militares disidentes, es en cambio rechazado de plano por los Jóvenes de la Revolución que han abanderado la revuelta contra el régimen durante diez meses. «La firma de la iniciativa del Consejo General del Golfo y su mecanismo de implementación para el traspaso de poderes es el primer paso y el comienzo para conseguir el cambio político pacífico por el que ha luchado el pueblo yemení», afirmó la Primera División Blindada.

Por el contrario, el director de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el norte de África, Philip Luther, denunció que «garantizar inmunidad como parte de un acuerdo de transición va en contra de la obligación de pedir responsabilidades en las violaciones de derechos humanos, ya que bloquea las investigaciones o impide perseguir a altos cargos».

Saleh, que resultó herido en un atentado y fue hospitalizado en Riad, permanecerá en la capital saudí para someterse a nuevos exámenes, según su ministro de Asuntos Exteriores, Abu Bakr al-Kurbi, que indicó que no hay fecha fijada para su retorno a Yemen. Las últimas manifestaciones se producen después de que en la noche del jueves tropas disidentes de la Primera División blindada del general Ali Mohsen al-Ahmar intercambiaran disparos con las fuerzas leales al régimen comandadas por Yahia Saleh, sobrino del presidente. Se produjeron al menos dos muertos, uno por cada bando. Los combates se centraron en torno a la residencia del vicepresidente, Abd Rabbu Mansur Hadi, que tomará las riendas del país tras las salida de Saleh.

El jueves partidarios del presidente yemení dispararon contra una manifestación que reclamaba que fuera juzgado.