Iñigo Urkullu, que desde la noche electoral del 20N no ha parado, dice ahora que toca hacer «una adaptación» del nacionalismo político al nacionalismo económico. El líder del PNV no explica por qué da por cerrado el nacionalismo en términos políticos, cuando este país sigue sin haber recuperado sus libertades políticas, ni qué entiende él por «nacionalismo económico». ¿Será su modelo el de la Liga Norte italiana?