Belén MARTÍNEZ Analista social
Otro 25N
Cada vez hay más referencias al término «género» en el «Día internacional contra la violencia hacia las mujeres». Si esto significa un reconocimiento a Joan Wallach Scott, estoy satisfecha. Aun así, la propia Scott no cesa en insistir en que el género es solo útil como interrogación, como categoría que busca razones, interpreta y trata de explicar, más que una categoría descriptiva.
Los diferentes sistemas de relaciones sociales de género, clase, dimensión «étnico-racial«, así como las formas en las que éstas se interrelacionan y se afectan mutuamente, no reposan sobre una base única: económica para las relaciones de clase, discursiva/cultural para las de género, y ambas para la dimensión «étnico-racial», con sus especificidades históricas cada una de ellas.
Hoy prestamos más atención al proceso de producción de identidades cambiantes y plurales de género y a la orientación y expresión de la sexualidad. Se hace hincapié en el carácter estructural de la violencia machista. Sin embargo, este 25N apenas se han visibilizado el acoso sexual y sexista en los centros de trabajo y educativos, la desigualdad salarial, la violencia institucional en cárceles y comisarías o la dictadura de los cánones de belleza.
Las mujeres amantes de su destino, mujeres «amor fati» que no quieren hacer la guerra nietzscheana «contra lo que es feo», ¿son ya historia? ¿Son todas las chicas guerreras?
En el corazón del análisis de las violencias contra las mujeres, no debemos ignorar que Keynes y Montesquieu han muerto, y que el neoliberalismo no cesa de producir nuevas formas de dominación, servidumbres y desigualdades. Muchas desigualdades que combatir.