Las previsiones dibujan el peor escenario
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico presentó ayer el informe semestral de perspectivas económicas, y el escenario que dibuja apenas deja margen para el optimismo. Al contrario, puede decirse que el panorama que se desprende de sus previsiones es tremendamente sombrío, especialmente en la zona del euro, donde no descarta que se produzca una gran recesión, con una bajada del PIB de hasta un 2% cada uno de los dos próximos años, aunque la crisis también tendrá un fuerte impacto en otras economías como la estadounidense, la japonesa o, en menor medida, la de los países emergentes. En este contexto de depresión generalizada, la situación del Estado español es especialmente complicada, ya que podría alcanzar una tasa de paro del 23% el año que viene.
Las perspectivas de la economía vasca no son mejores. De hecho, según afirmó ayer el presidente de Confebask, Miguel Angel Lujua, la evolución de la economía de la CAV puede ser peor que la española, ya que el primer semestre de 2012 se saldará, en el mejor de los casos, con un crecimiento cero, aunque es muy posible que entre en recesión. La tasa de desempleo no ha llegado por el momento a los terribles números que maneja el Estado, pero la situación no deja de ser muy complicada. «Crítica», en palabras del propio Lujua.
Cuatro años después de que el colapso financiero de Estados Unidos desembocara en la peor crisis económica desde la Gran Depresión, estas previsiones indican que las recetas utilizadas hasta el momento no han servido para nada, y solo han conducido a la economía global a una situación insostenible. Gobiernos e instituciones, tanto las locales como las de ámbito internacional, han errado en el diagnóstico y en la búsqueda de soluciones, y profundizar en ese camino no traerá la solución. El remedio no es dar «una señal a los mercados», como sugiere la OCDE, sino cambiar de paradigma y apostar por una economía productiva, no especulativa, que esté al servicio de las personas.