Crónica | En Mondragon Unibertsitatea
El cambio de la izquierda abertzale, en el aula
Cambio de paradigma. Ésta es la definición académica de un fenóme- no que lleva desde Galileo Galilei, citado en la introducción del acto, a Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin. Nueve meses después de protagonizar uno de los pasos decisivos de la izquierda abertzale en el Euskalduna de Bilbo, se reunieron ayer para explicar a alumnos universitarios qué han hecho y qué están logrando.
Ramón SOLA
Rufi Etxeberria admitió que la velocidad a la que discurren los acontecimientos políticos en Euskal Herria hace que parezca que el debate interno en la izquierda abertzale sea ya «pre- historia», pero sólo han pasado dos años. Es una de las constataciones más claras del impacto del cambio desencadenado por aquella iniciativa en todo el panorama político. Un cambio que fue objeto de estudio ayer en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de Mondragon Unibertsitatea. En una sesión poco habitual, cuyo objetivo era educativo -no mediático, por lo que sólo se abrieron las puertas a los periodistas al principio-, un político y un abogado impartieron la clase.
La sesión se desarrolló en la sala mayor de la HUHEZI, que mantiene la decoración de la capilla que fue, lo que dio otro toque peculiar al acto. El profesor Aitzol Loyola se encargó de explicar que la iniciativa partió de los alumnos, que puestos a analizar el fenómeno de los cambios sociales fijaron dos puntos de atención principal en Euskal Herria: el euskara y el nuevo escenario político. Así que los propios estudiantes decidieron invitar a Rufi Etxeberria e Iñigo Iruin, que acudieron gustosos a una hora también poco habitual para una charla pública: las 14.00. Con todo, la sala se abarrotó con más de 130 personas, casi todas alumnos.
Etxeberria admitió de entrada que «no venimos a enseñar nada, porque tenemos más que aprender de nuestro pueblo que enseñar». Y eso le llevó a una reflexión sobre la figura del espejo, que figuraba en el cartel anunciador del acto porque, según explicó Loyola, quien quiere desencadenar un cambio en primer lugar se mira a sí mismo. Etxeberria amplió la reflexión explicando que la izquierda abertzale ha utilizado como espejo a su pueblo y cree además que ha sintonizado con él, es decir, que el pueblo también se ha visto reflejado en la propuesta de la izquierda abertzale. Y sobre todo en la acumulación de fuerzas impulsada, de la que dijo que «era una demanda ciudadana desde Lizarra-Garazi».
La revolución y los jóvenes
Antes de que las puertas se cerraran para que la sesión siguiera en un ámbito exclusivamente académico, Etxeberria repasó todos los cambios de los últimos tiempos y anticipó otros que se ven venir, como la alianza con otras naciones del Estado después de que el 20N haya dejado a la vista «dos cicatrices soberanistas claras en Euskal Herria y Catalunya». En cuanto al PP, auguró que intentará parar el reloj del cambio, pero se mostró seguro de que Euskal Herria será quien decida su futuro.
Y dejó un último apunte para un auditorio muy joven: «La juventud vasca decidirá su estrategia y su organización, pero hay una cosa clara: va ser el motor principal de esta revolución democrática nacional».