Una comisión de investigación de la ONU, que entrevistó a 223 víctimas y testigos, acusó al Gobierno sirio de torturas y graves violaciones de derechos humanos. «Es responsable de actos injustificados, como crímenes contra la Humanidad, cometidos por el Ejército y las fuerzas de seguridad, como aparece documentado en el presente informe», de 39 páginas y que será remitido a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

El informe recoge ejecuciones, torturas, violaciones -incluso de niños-, detenciones arbitrarias y secuestros cometidos desde marzo por las fuerzas sirias con una «impunidad generalizada» durante la represión de las manifestaciones en favor de la democracia.

«Por lo tanto, la comisión cree que las órdenes de disparar o de maltratar a civiles proceden de políticas y directivas producidas en los más altos niveles de las Fuerzas Armadas y el Gobierno», destacó la comisión, encabezada por el brasileño Paulo Pinheiro. «Lo más urgente es que la comunidad internacional tome en cuenta el sufrimiento diario del pueblo sirio y que encuentre maneras para protegerlo», subrayó. Dijo que su equipo hizo varios intentos por la vía diplomática para poder obtener la autorización de visitar Siria y recoger directamente allí la información que requería, pero el Gobierno se negó una y otra vez aduciendo que una comisión nacional ya estaba investigando cualquier eventual exceso.

Por otra parte, decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Damasco para denunciar las sanciones de la Liga Árabe. En la Plaza Sabaa Bahrat, en pleno centro de la capital, los manifestantes agitaban enormes banderas sirias y retratos del presidente, Bashar Al-Assad.