Coincidiendo con la entrada de las negociaciones de la Cumbre Climática de Durban en la fase decisiva, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó los efectos de cambio climático de «alerta de salud pública» ya que causa la muerte de 13 millones de personas al año.

La directora de Salud Pública y Medioambiente de la OMS, María Neira, junto al doctor Hugh Montgomery, del Consejo de Salud y Clima del Gran Bretaña, ofreció una rueda de prensa ayer en Durban, sede de la Cumbre de la ONU contra el Cambio Climático, en la que reclamó acciones contra el calentamiento global. «El 25% de la mortalidad y morbilidad mundial podría ser evitado con inversiones ambientales que introdujeran el elemento salud. Ese 25% significa 13 millones de muertes al año», cuantificó.

La cumbre de Durban pese a las posiciones encontradas no debate por el momento sobre cuestiones de salud. Por lo que la OMS ha enviado una delegación a la ciudad para presionar a los gobiernos con el fin de que incluyan las cuestiones sanitarias en sus políticas contra el cambio climático.

«El calentamiento global no es una cuestión que sólo afecta a los glaciares, sino que afecta muy directamente a nuestra salud. La contaminación del aire causa tres millones de muertes, y el cambio climático afecta también al acceso del agua potable, con el aumento de enfermedades como la diarrea y el cólera» advirtió Neira, y añadió que el aumento de temperatura supone el incremento de enfermedades infecciosas, como la malaria y el dengue.

Teniendo en cuenta este último dato, el Ministerio de Medioambiente de Sudáfrica calcula que en su territorio se doblará la superficie afectada por la malaria en 2050 debido al calentamiento global, aumentando a 7,8 millones la cifra de personas expuestas al parásito, de los cuales 5,2 millones viven fuera de las zonas actuales de riesgo.

Por su parte, el profesor Andy Haines, de la Escuela de Medicina Tropical de Londres, indicó que «las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 49% desde 1990» y añadió que «con acciones contra el cambio climático» por parte de los gobiernos se pueden reducir «significativamente» enfermedades y muertes.

El doctor Hugh Montgomery, del Consejo de Salud y Clima de Gran Bretaña, aseguró en la rueda de prensa que si no se actúa ahora «estaremos firmando el certificado de defunción de la humanidad en 2020».

En esta recta final de la Cumbre Climática de Durban el debate se centrará en el Protocolo de Kioto y el «Fondo Verde», diseñado en la Cumbre Climática de Cancún.

Kioto, un símbolo

El Protocolo de Kioto se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el cambio climático en la Cumbre de Durban. Salvar el protocolo es prioritario para países en desarrollo, pero también para los militantes de organizaciones medioambientales..

«La supervivencia del protocolo se volvió emblemática» comprueba Claire Parker, analista medioambiental.

La mayoría de los países y expertos coinciden en que es un cimiento, un modelo de arquitectura indispensable en este momento en el que se debate un futuro tratado internacional. Pierre Radanne, experto de los países africanos y conocedor de las negociaci0nes, comparte este punto de vista y añade que «el protocolo parede ineludible».

También Japón coincide. «El protocolo de Kioto nos dio una buena base sobre el modo en el que debemos trabajar en las cuestiones climáticas». No obstante, no comparte la idea de una prórroga del protocolo. «Hay que mirar las cifras» dice, agregando que un segundo período de compromiso con la Unión Europea y algunos otros cubriría sólo el 15% de las emisiones mundiales de gas de efecto invernadero.

«El Protocolo de Kioto tiene sus límites, sus insuficiencias, pero es el único instrumento legal que existe de momento con compromisos apremiantes de los países desarrollados» recuerda el portavoz de los países africanos, Seyni Nafo, partidario de su continuación.

El Protocolo de Kioto es el único acuerdo que impone objetivos de reducción de emisiones de gas.