Si algo caracteriza al deporte en general y al fútbol en particular, es que todo puede suceder. Uno de los ejemplos más claros es el de la Real. Hace pocas semanas se hablaba de una destitución casi segura de Philippe Montanier -aunque aún siguen saliendo nombres como posibles sustitutos del normando; el último ha sido Luis Aragonés-, y ahora la situación parece ser muy diferente tras las dos últimas victorias en el descuento ante Betis y Málaga.

Esa mejoría en el juego y en los resultados debe servir para hacer desaparecer de aquí en adelante el sambenito que lleva colgado el conjunto blanquiazul desde la pasada temporada. Ése que decía que «la Real resucita a los muertos», como el propio Claudio Bravo llegó a indicar.

Y es que aún quedan en el recuerdo las actuaciones contra Málaga y Hércules en Anoeta. En la jornada 28, los andaluces llegaban a Donostia como colistas de Primera División. Gracias a su victoria por 0-2, el equipo dirigido por Manuel Pellegrini se cargó de moral y logró salir de la zona de descenso, dejando a la Real, además, tocada y en una situación complicada en esa recta final de Liga.

Dos semanas después, era el Hércules quien visitaba Anoeta, conjunto que en ese momento cerraba la clasificación. Los alicantinos también se llevaron los tres puntos ante los txuri urdines (1-3), aunque finalmente descendieron a Segunda.

En Riazor, un antes y un después

Fuera de casa, la Real también dio vida a equipos que atravesaban momentos muy complicados. El más significativo, y el que marcó un antes y un después en el camino de los donostiarras, fue el encuentro ante el Deportivo en Riazor en la jornada 27. Los blanquiazules cayeron por 2-1, resultado que los apartó definitivamente de la zona europea, mientras que la victoria alejó del descenso a los gallegos, aunque finalmente caerían a Segunda División.

Sin embargo, esa mala racha que se apoderó de la Real llegó dos partidos antes, en Cornellà ante el Espanyol. Los de Mauricio Pochettino acumulaban cuatro derrotas consecutivas, pero lograron sacar los colores a los donostiarras con un 4-1.

Y cuatro jornadas más tarde, la Real volvió a caer en el mismo error. En su visita a un Racing que llevaba dos derrotas consecutivas, los hombres de Martín Lasarte fueron derrotados por 2-1, abriendo el camino de la salvación a los santanderinos.

En el camino de la confirmación

En este momento de la temporada, los hombres de Montanier parecen haber aprendido la lección del año pasado, ya que ante el Betis en el Benito Villamarín, que llevaba seis derrotas y un empate en las últimas siete jornadas, se logró una importantísima victoria con un golazo del ondarroarra Iñigo Martínez.

Aunque ese cambio de tendencia debería ser ratificado este domingo en El Madrigal ante un Villarreal eliminado de Champions y sin opciones de poder disputar la Europa League. Los castellonenses parecen estar luchando contra viento y marea, ya que, a la salida de un hombre tan importante como Santi Cazorla, hay que sumarle las numerosas bajas que han tenido en las últimas semanas. Ahora parece que la enfermería se está vaciando. Mejor todavía para la Real que, en caso de ganar, cogería aún más moral.