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Una NBA paradójica: el espectáculo que viene después del larguísimo «show» del cierre patronal

«En la NBA cada vez prima más el negocio y menos el deporte», decía Pau Gasol hace unas semanas a cuenta de su frustrado traspaso. Tiene razón -él mismo cobra 20 millones de dólares-, pero cuando las luces se encienden y el balón se lanza al aire, todo se olvida. Vuelve la NBA.

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Arnaitz GORRITI

Bonito regalo de Olentzero que nos traen este domingo desde el otro lado del Atlántico. Parecía que no, que el lockout iba a estropear la posibilidad de que el mejor baloncesto a nivel mundial siguiera en marcha. Muchos millones de dólares, dueños y jugadores a la gresca por un quítame allá unos ceros o unos decimales, el comisionado David Stern aduciendo «razones de baloncesto» mientras seguía dándole al contómetro... un «show» casi grotesco en un mundo donde el público, reconozcámoslo, a falta de pan, bien se conformaba con los circenses. La gente no quería ningún «show», sino el espectáculo de la NBA, por paradójico que pudiera parecer. Y, por fin, Olentzero nos lo traerá. Para empezar, en orden cronológico: New York Knicks-Boston Celtics; Dallas Mavericks-Miami Heat, la reedición de la última final; Los Angeles Lakers-Chicago Bulls; Oklahoma City Thunder-Orlando Magic y Golden State Warriors ante los Clippers de Chris Paul y Blake Griffin. ¡Toma regalo!

La desgracia de este retraso es que la temporada se asemejará a una película cómica muda: todo tendrá que ir a mayor velocidad. A falta de los habituales 82 partidos de temporada regular, los aficionados deberán conformarse con 66, a jugarse desde mañana hasta el próximo 26 de abril. En total, 66 partidos en 123 días; esto es, menos de dos días entre duelo y duelo, con larguísimos viajes, poco tiempo para el descanso o la recuperación de las lesiones. Sin olvidar el fin de semana del All Star, a celebrarse en Orlando entre los días 24 y 26 de febrero.

Como 2012 es, además, año olímpico -evento al que incluso en los Estados Unidos se le da la debida importancia-, el calendario se comprime un poquito más. El 28 de abril arrancarán los play offs por el anillo. La finalísima, por su parte, empezará el 10 o el 12 de junio. Si llegar al inicio de la temporada 2011/12 de la NBA ha resultado estresante, que se lleve a cabo no lo va a ser menos. Más que nunca, el racional reparto de minutos y la gestión del cansancio de las grandes estrellas resultará vital para evitar lesiones por sobrecargas que pasen a mayores por el alocado trajín de la competición.

La venganza de LeBron James

Dirk Nowitzki fue el gran triunfador individual de la pasada campaña de la NBA. El ala-pívot teutón fue capaz de ejercer de «jugador franquicia» de los Dallas Mavericks tanto en temporada regular como en los play offs y resultar imparable, incluso ante unos Miami Heat «predestinados» al anillo.

Parecía que en 2011 los Miami Heat de Dwayne Wade, Chris Bosh y LeBron James iban a superar a los texanos, tal y como lo lograran Wade y Shaquille O'Neal en 2006. Pero no, y además LeBron James se quedó con el sambenito de perdedor. The choosen one -el elegido- se vino abajo en el peor momento, y aquella derrota recayó sobre sus espaldas, con no pocos insultos y críticas. El alero de Akron busca su venganza.

Con todo, no les faltarán rivales a los Heat en una Conferencia Este donde los Bulls de Derrick Rose, último MVP de la temporada regular, cogen cada vez más fuerza. Richard Hamilton, Luol Deng, Carlos Boozer y Joakim Noah son sus perfectos lugartenientes y tienen un año más de experiencia. Casi tanta como los Boston Celtics. Los «orgullosos verdes» están ante su última oportunidad. Allen y Garnett acaban contrato -y su vida deportiva- y se rumorea el traspaso de Rajon Rondo. Su técnico, Glenn Doc Rivers, deberá hacer maravillas. En Orlando las «maravillas» deberán ser mayores, ya que Dwight Howard está loco por marcharse.

En la Coferencia Oeste, parece haber un terremoto en Los Angeles. Tras la retirada de Phill Jackson y la salida de Odom, los «viejos-nuevos» Lakers se tambalean, mientras que los Clippers de Paul, Griffin, Billups o Caron Butler parecen coger fuerza. Pero ojo con la maldición de esta franquicia con las lesiones. Son «el pupas» de la NBA, cosa que nunca les ha dejado brillar.

Y, aparte, están sus rivales, jóvenes y viejos. Jóvenes, los Oklahoma City Thunder de Kevin Durant y Rusell Westbrook, que ya en 2011 alcanzaban la final del Oeste; viejos, los Spurs, con la última bocanada de Duncan y Ginóbili, con la ayuda de Parker y Splitter. Memphis y Denver esperan agazapados.

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