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De Guindos advierte de una entrada en recesión tras el primer trimestre

El Estado español podría entrar en recesión tras el primer trimestre del próximo año, según las previsiones que maneja el nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, quien añadió que sin crecimiento económico el arranque de 2012 «no va a ser sencillo» para el empleo. De Guindos apuntó que la grave coyuntura ha de ser un «acicate» para sacar adelante las reformas que tiene en cartera.

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GARA | MADRID

El nuevo ministro de Economía y Competitividad del Gobiermo de Madrid, Luis de Guindos, augura que el Estado español entrará en recesión -aunque no empleó esta palabra- en el primer trimestre de 2012, que registrará un crecimiento negativo, al igual que el último trimestre de este año, en el que el PIB descenderá entre el 0,2% y el 0,3%, según sus previsiones.

De Guindos se expresó en este sentido ante la prensa durante la toma de posesión de los nuevos altos cargos de su Ministerio, donde apuntó que los dos próximos trimestres «no van a ser sencillos» ni para el Producto Interior Bruto (PIB) ni para la creación de empleo, y añadió que hacer previsiones más allá de seis meses es muy difícil.

«Los dos próximos trimestres, que nadie se engañe, no van a ser sencillos ni para el PIB ni para el empleo», advirtió tras señalar que el perfil del 2012 será de «desaceleración», lo que debe ser un «acicate» para sacar adelante las reformas previstas.

El hecho de que se produzcan dos trimestres de decrecimiento consecutivo significa la entrada en recesión, lo que supondría volver a una situación que no se daba desde 2009.

El nuevo ministro subrayó que tiene por delante tres tareas fundamentales: culminar la reestructuración del sector financiero, «imprescindible» para volver a la senda de crecimiento; acometer la reforma de los mercados y servicios; y promover la integración de ciencia y tecnología en el Ministerio.

El anuncio de De Guindos coincide con lo que ya han avanzado anteriormente algunos de los principales organismos y analistas. Así, hace un par de semanas, el director general del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, afirmó que todos los indicadores disponibles apuntaban a una contracción del PIB en el cuarto trimestre del año.

Malo de Molina recordó que el debilitamiento de la demanda exterior neta y el necesario ajuste de la demanda interna se sumaban a la inestabilidad de la zona euro.

Cada vez menos tiempo

Por su parte, el BBVA advirtió en su último informe de que la economía española podía caer en una nueva recesión dado que habían aumentado «considerablemente» los factores de riesgo, si bien mantenía el crecimiento del PIB en el 0,8% para este año y en el 1% para 2012.

Asimismo, alertaba de que cada vez había menos tiempo para implementar correctamente las políticas aprobadas en las últimas cumbres europeas y para alcanzar los objetivos de ajuste en el Estado español y aseguraba que, tras el estancamiento de la economía en el tercer trimestre, el PIB podría decrecer en el cuarto.

La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) consideró ayer que «no hay alternativas» a una política económica centrada en la reducción del déficit público al 4,4% del PIB en 2012, a pesar de que ese recorte será la causa principal de la caída de la economía y el empleo previstos para el próximo año.

En el último número de los Cuadernos de información económica publicado por Funcas, los analistas Ángel Laborda y María Jesús Fernández advierten del «fuerte impacto restrictivo» que los recortes de gasto público tiene sobre el crecimiento de la demanda.

Zapatero subraya que no será hasta 2013 cuando se observen «síntomas de recuperación»

El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero reconoce que, según «todas las previsiones», 2012 será «un año con dificultades todavía serias» y que será en 2013 cuando podría empezar a haber «síntomas de recuperación». Zapatero se expresa así en una entrevista en «Diario de León» en la que subraya que se trata de previsiones y que todas ellas hay que tomarlas «siempre con un margen de cautela». El expresidente opina que la crisis no va a poner en riesgo las políticas «básicas» del estado del bienestar, como la sanidad, la educación, las pensiones o ley de dependencia. «Creo que los podremos preservar. Y prueba de ello es que en esta etapa lo hemos preservado y que para el año que viene lo podemos seguir preservando».

Donde sí admite que habrá problemas es «en el ritmo de crecimiento de inversión en infraestructuras, que ha sido impresionante en los últimos ocho años». Y también reconoce que habrá «debates no fáciles» para racionalizar las administraciones públicas, un terreno en el que es «necesario entrar», especialmente en comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos.

El expresidente define como «indispensable» la reducción del déficit porque es «el termómetro» de la capacidad de financiarse, pero cree que debe haber «estímulos» para generar crecimiento, aunque estos «no pueden ser fiscales». En cuanto a la reestructuración del sistema financiero, indica que el del Estado español ha necesitado «menos ayudas que la inmensa mayoría» y «no ha habido ningún banco, ni mediano ni grande, que haya tenido problemas de solvencia». Además, puntualiza que «no ha costado dinero público» y que «no se está haciendo con cargo a los impuestos». GARA

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