La falta de preparación y de comunicación propiciaron el accidente de Fukushima
GARA | TOKIO
La falta de preparación y una débil comunicación a los máximos niveles tras el desastre fueron algunos de los fallos que convirtieron el accidente nuclear en la planta japonesa de Fukushima en la peor crisis atómica en los últimos 25 años, según se deduce de un informe elaborado por doce expertos a instancias del Gobierno japonés.
El texto, cuya versión final no será publicada hasta el próximo verano, destaca que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (Tepco), responsable de la central, dejó que las instalaciones se deterioraran, pero también apunta a fallos del Gobierno.
«El organismo responsable de la energía nuclear del Gobierno no exigió a Tepco que adoptara medidas concretas, tales como el levantamiento de nuevas construcciones, tras recibir los resultados de los informes de simulacro de tsunami realizados por Tepco en 2008 y principios de 2011», remarca la comisión de investigación encabezada por el profesor emérito de Ingeniería de la Universidad de Tokio Yotaro Hatamura, especializado en la detección de errores, y que incluye a sismólogos, ex diplomáticos y jueces.
El 11 de marzo se produjo un seísmo de 9 grados de magnitud y un tsunami con olas de más de 14 metros de altura que dejaron Fukushima-1 prácticamente sin fuentes de energía, de manera que el sistema de refrigeración de los reactores se paró y el funcionamiento de las piscinas que contenían las barras de combustible gastadas en los reactores 1, 2, 3 y 4 falló, lo que provocó su fusión parcial. Precisamente en 2008 Tepco simuló los efectos de un tsunami con olas de más de 15 metros, pero no adoptó medidas preventivas porque consideraba que era imposible que se produjera un desastre de esta magnitud, concluye la comisión de investigación, que ayer entregó su informe al primer ministro japonés, Yoshihiko Noda.
Además, acusa a la empresa de no tener los conocimientos adecuados del sistema de generación de electricidad de origen nuclear, lo que provocó errores en la interpretación del funcionamiento del sistema de refrigeración del reactor 1 y una mala gestión del sistema de refrigeración del reactor 3 de la central.
En cuanto a la comunicación entre el centro de gestión de crisis del Gobierno y los principales responsables, la comisión de investigación destaca los fallos en la misma, pese a que ambas partes trabajaban en el mismo edificio, lo que provocó retrasos en la activación del sistema de predicción de propagación de la radiactividad, lo que en la práctica impidió una gestión más precisa de las evacuaciones de población.
El Gobierno anunció el 16 de diciembre que los reactores de la planta habían alcanzado un estado de parada fría.
Muchos calificaron de «prematura» esta declaración. «Las cosas no se han arreglado. Los cultivos de Fukushima siguen contaminados. No hay progresos en lo que respecta a reducir la incertidumbre que sufren los habitantes», manifestó Michio Furukawa, alcalde de Kawamata y miembro de la comisión.