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El PKK llama al levantamiento de Kurdistán Norte tras la última masacre de civiles

El PKK llamó ayer al levantamiento de Kurdistán Norte y de los kurdos residentes en Turquía en respuesta a la muerte de 35 civiles en un ataque de la aviación turca. Ankara dice que se trató de un «desafortunado incidente operativo», ya que el Ejército creía estar masacrando a guerrilleros kurdos, pero el BDP mantiene que fue una «masacre buscada» para enviar un mensaje claro al pueblo kurdo. Miles de personas despidieron a las víctimas y las protestas se multiplicaron.

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GARA | DIYARBAKIR

Uno de los principales comandantes del HPG, las milicias del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Bahoz Erdal, llamó al levantamiento de todos los kurdos residentes en Turquía para luchar desde dentro contra el Gobierno de Ankara, en respuesta a la masacre cometida en la noche del miércoles por la aviación turca, que mató a 35 civiles, dieciocho de ellos menores de 18 años, cerca de la frontera.

«Llamamos al pueblo de Kurdistán, en particular en Hakkari y Sirnak, a mostrar su rechazo a esta masacre y pedir con sediciones a sus autores que rindan cuentas», declaró Erdal, quien acusó al Ejército turco de haber actuado deliberadamente: «Esta masacre no es un accidente o un acto no buscado. Es una masacre organizada y planificada».

Horas después del ataque, el Ejército reconoció su autoría pero indicó que su objetivo eran rebeldes que intentaban infiltrarse en Turquía y que se produjo en una zona «en donde no hay población civil y se encuentran las bases de la organización terrorista», en referencia al PKK

Pero las víctimas eran civiles que, con mulas y asnos, se dedicaban al contrabando de gasolina y tabaco entre el norte y el sur de Kurdistán, y aunque el gobernante AKP habló de «error», el PKK descartó el equívoco y Erdal subrayó que «este comercio transfronterizo se lleva a cabo bajo la vigilancia de numerosos puestos militares a lo largo de la frontera. Es por lo tanto imposible que estos civiles no fueran reconocidos».

Día de luto y protestas

Dieciocho de las 35 víctimas de la masacre de Roboski tenían entre 12 y 18 años. Casi todos eran menores de 40 años y la mayoría eran parientes. Ayer, Kurdistán Norte paró para rendirles homenaje. Las tiendas cerraron y miles de personas acompañaron a las víctimas hasta el cementerio de la aldea de Gulyazi, informó Orsola Casagrande.

Los gritos de las madres de estos jóvenes contrabandistas y las airadas consignas de las miles de personas que participaron en las numerosas protestas protagonizaron el día de luto. En Diyarbakir, Cizre, Sirnak y Silopi decenas de miles de personas tomaron las calles clamando justicia. «Erdogan, la factura de esta masacre la pagaras tú», decían.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo ayer que se investigará, pero reiteró que «el Ejército ha actuado con la convicción de evitar un ataque inminente por parte del PKK». Así, repitió lo dicho por su partido, que la masacre fue «un desafortunado incidente operativo».

Uno de los tres supervivientes, Haci Encu, de 19 años, señaló que «íbamos a comprar azúcar y gasolina cuando oímos los aviones no tripulados. Nos bombardearon mientras estábamos a punto de entrar en el norte de Irak. Cuando vimos que eran F-16 y aviones no tripulados -añadió- no buscamos refugio, porque estábamos haciendo nuestro camino habitual».

Relató que el primer bombardeo mató a 20 personas. «Estábamos justo en la frontera y empezamos a correr hacia Irak. En mi grupo éramos seis y tres seguimos vivos. No teníamos armas y todos vestíamos ropas de civil -dijo-. El ataque duró una hora. Los supervivientes hicimos un escudo con los tres burros y nos escondimos en un río. Esperado en el agua durante un tiempo que nos pareció una eternidad».

«El contrabando es nuestro negocio principal. Lo hacemos para sobrevivir», recalcó. Todos vivían de ello, la única actividad posible en la zona.

Otro superviviente, Servet Encu, resumió la vida de estos pueblos de la frontera. «Es difícil sobrevivir. Nos arreglamos con el contrabando, sobre todo azúcar y gasolina. Tengo seis hijos y debo darles de comer todos los días. Once de las víctimas eran mis primos. Arriesgamos nuestras vidas por un poco de pan y mantequilla. El Ejército sabía perfectamente que no éramos guerrilleros del PKK -afirmó- porque esta es la ruta utilizada desde siempre por los contrabandistas. Nos han bombardeado sabiendo que éramos civiles».

Gultan Kisanak copresidente del partido kurdo BDP participó en el funeral. Desde Gulyazi, insistió en que «lo que hemos visto no es un error militar, un trágico error de la guerra, como nos quieren hacer creer. Fue una masacre buscada. Con ella el Gobierno quería enviar un mensaje claro a los kurdos: `Basta de protestas. Silencio y sumisión, y tal vez obtendréis algo'».

«Ese es el mensaje del Gobierno turco a los kurdos. Pero la respuesta ha sido igualmente clara y hoy -por ayer- miles de personas han salido a las calles en todo Kurdistán para decirle que el pueblo kurdo no está dispuesto a renunciar al derecho a existir, a tener una vida digna y en paz, y gritar una vez más que quiere la paz y que no está dispuesto a renunciar», subrayó.

desde euskal herria

La izquierda abertzale y Aralar denunciaron la última masacre de Turquía contra el pueblo kurdo. La izquierda abertzale, que defendió el diálogo, la negociación y el acuerdo como única vía de resolución del conflicto, lo consideró un «crimen contra la legislación internacional» e instó a actuar a la comunidad internacional, mientras que Aralar calificó de «salvaje» la estrategia de Ankara, que no respeta los derechos del pueblo kurdo.

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