Es algo habitual ver a escaladores corriendo por las tapias del valle californiano de El Capitán. Pero a lo que no estábamos acostumbrados era a escuchar noticias sobre esprinters en líneas de artificial duro de Montserrat. Pues bien, los «esprinters» David Font, Jordi Servosa y Davi Palmada Pelut se recrean en un non-stop de 18 horas y 48 minutos en la vía «Mirall impenetrable» (Paret de l´Aeri, Montserrat). Una línea de A5 actualmente considerada de A4.

Una actividad que, como Pelut adelanta a GARA, tiene una expresión propia: «Estas ascensiones solo sirven para motivación y macarrismo personal; pues no tienes tiempo de disfrutar de nada. Pero, por el contrario, la sensación de saber que te estás batiendo a ti mismo con el objetivo que te has marcado te da mucho subidón».

Como cabe imaginar, escalar una vía de A5 en menos de 19 horas no es tarea fácil, sobre todo si tenemos en cuenta que «Mirall impenetrable» exige por lo normal entre 2 y 5 días de trabajo. Se trata de una de las referencias de esa pared montserratina: la primera propuesta de A5 del Estado español.

Una ruta abierta en 1984 por otros dos catalanes: Santi Llop y Josep Lluís Sasot. Y asediada por la curiosidad que suscita el famoso A5, decotado a A4. Cabe destacar, por ejemplo, la única repetición en solitario firmada por Josep María Esquirol; la escala de tirón y sin ayudas en sus siete tiradas. Con el paso de escaladores, este itinerario de ambiente inmejorable fue deteriorándose. Así el propio Pelut y otros dos colegas la restauran en el año 2005. Tras limpiarla quitando plomos y varias «guarradas» y reequipando las reuniones, la vía queda en su estado original. Desde entonces, «Mirall impenetrable» solo contaba con dos ascensiones completas y algún intento.

Ascensión relámpago

Font, Servosa y Pelut quisieron dar una vuelta de tuerca a sus habituales actividades, y se decantan por correr en esta mítica y temida vía. «Por más que hubiéramos imaginado, jamás hubiéramos creido que pudiéramos tardar tan poco en esta vía, ya que sabemos que lo normal es tardar de 2 a 5 días. Sabemos que la idea es difícil y que si queremos sacarla en el día tendremos que correr y mucho. La pasión por el artifo, la influencia de las nuevas tendencias de correr por todas las tapias, el frío invernal y las grandes paredes nos llevan a intentarlo», adelanta Pelut.

A nuestro informante se le unen el siempre motivado Servosa y Font. Este último había colgado la maza, pero, como asegura Pelut, «en el A4 nos enseña que la técnica y la audacia no las ha perdido. Decidimos ir tres. Dos escalan sin parar mientras que el tercero dispone de tiempo suficiente para desmontar los largos con calma y cariño dejándolos exactamente como los hemos encontrado».

Empiezan a hacer cálculos, suma de tiempos en cada tirada, y les sale un total de 23 a 25 horas. La logística de la escalada no les da dolores de cabeza: comida, agua, mucha ropa de abrigo y dos juegos de material.

El día es corto y la noche larga. La ascensión empezó el pasado 20 de diciembre a las 11 de la mañana y, tras 18 horas y 48 minutos «corriendo», el trío termina los siete largos y 300 metros de «Mirall impenetrable» a las 5.49 de la madrugada del 21.

Más datos que nos proporciona el propio Pelut: «La temperatura nos acompañó durante el día, pero, por el contrario, a la noche nos hizo mucho frío; y esto sobre todo nos castigaba en las reuniones. El horario de los largos fue estratosférico. Por ejemplo, el primer largo de A4 lo realizamos en 1 hora y 27 minutos. Y el de A5 en tres horas y 39 minutos».

La verdad sea dicha, para unos largos tan duros y trabajosos, los horarios son muy que muy rápidos. 18 horas y 48 minutos «contra» ascensiones de 2 a 5 días (incluso ¡7!).

Pero, como afirman los propios protagonistas, esta actividad tiene el valor que tiene; es decir, una ascensión relámpago a una de las vías míticas del conglomerado de las grandes paredes de Montserrat: «Proyectos como estos son los que nos motivan y nos incitan a probar nuevas cosas. Una magnífica vía para disfrutar corriendo».