Obama rubrica nuevos recortes de derechos
El presidente de EEUU ha rubricado la ley de gastos de defensa para 2012, que entre otras cosas impone nuevos recortes de derechos, autorizando la custodia militar de las personas detenidas acusadas de «terrorismo» y establece medidas contra el sistema financiero iraní. Obama, que había amenazado con vetar esta ley aprobada por el Senado, justifica ahora su firma en la introducción de algunos cambios que habrían puesto límites a las medidas inicialmente previstas, incluso manifiesta su intención de suavizar en su aplicación algunas de las sanciones que se aplicarán a instituciones que colaboren con el Banco Central iraquí, por las consecuencias negativas que pudieran acarrear a la economía mundial. A pesar de todas estas reticencias Obama ha finalizado el año dando su respaldo a esta ley que contradice muchos de los principios proclamados por el mandatario estadounidense.
Una de las consecuencias de esta ley es que el cierre de la prisión de Guantánamo, una de las grandes promesas de Barack Obama, se aleja al menos un año más, ya que en ella se prohíbe el uso de dinero público para transferir a los presos a suelo estadounidense y para construir instalaciones para su acogida. La otra es que se incide en el recorte de derechos en nombre de la supuesta seguridad. Y con todo ello, cada vez más se desdibujan las diferencias que Obama quiso marcar en los inicios de su mandato presidencial con su antecesor en la Casa Blanca.
Y este acercamiento no se limita al ámbito interno, sino que se observa también en su política internacional. De hecho, tras haber cerrado los frentes que George W. Bush le dejó abiertos en Irak y Afganistán, la actual Administración estadounidense se enfrenta a Irán a través de una escalada de similares características a los prolegómenos de ambos conflictos. Así, las sanciones a las entidades financieras extranjeras que se relacionen con el Banco Central iraní previstas en la ley de gastos de defensa incide en el mismo estilo de política internacional que desembocó en los conflictos que Obama decía rechazar.