Carmelo RODRIGO | Analista bursátil
Futuro complicado
Acaba de terminar un año francamente difícil, tanto en la calle como en los mercados financieros. El mayor drama social posible, el desempleo, se ha encaramado hasta cerca de los cinco millones de personas en el Estado español, mientras que el consumo privado ha descendido a cotas insospechadas hace apenas dos años, el déficit de las comunidades autónomas ha alcanzado cotas insostenibles y el crecimiento económico va a marcar cifras negativas en las postrimerías de 2.011. De los mercados, para qué hablar; España ha sido -junto a otros Estados- pasto de la más despiadada especulación, alcanzando su prima de riesgo-país el entorno de los 500 puntos básicos y obligándose a pagar por su deuda en torno a un 7% de interés. Y la bolsa, pese a todos lo vaivenes sufridos en el ejercicio, cierra este con bastante dignidad, aunque muy lejos de los máximos de 11.000 puntos.
Nunca es fácil predecir el futuro, y mucho menos en la situación político-económica actual de Europa. No obstante, tengo el pálpito de que se va a producir un marcado divorcio entre las economías real y financiera, frecuente por otra parte en tiempos de turbulencias. Las instituciones anegarán los estados y el sistema financiero con billones de euros -con b de burrada- lo cual evitará, por un lado, el colapso de las economías nacionales, y por otro el del sistema bancario. Ello favorecerá la consolidación tanto de Europa como región y como moneda, a la vez que la percepción de un atisbo de cambio de tendencia. Resultado, subidas bursátiles. Mas como ese torrente monetario apenas llegará a los ciudadanos, seguirá cayendo el consumo, cerrando empresas y aumentando el paro. Economía real.
Decía Alejandro Dumas, irónico él, que lo peor del matrimonio es la convivencia. Pues bien; prepárense a convivir con un 2012 duro en el día a día de la calle, a la espera de que las cosas, algún día -esperemos-, se normalicen. A pesar de todo, urte berri on!