Todas las épocas de cambio son perfectas para realizar buenos propósitos y el cambio de calendario suele ser una de las más recurrentes para este tipo de promesas que luego, con el paso del tiempo, tienen mayor o menor vigencia. Seguro que, aunque cada uno lo hiciera de una manera muy particular, los cuatro protagonistas de ayer en Eibar aprovecharon el tránsito entre 2011 y 2012 para, tras un comienzo del Parejas bastante renqueante, intentar sacar lo mejor de cada uno en el primer partido del año nuevo y, por el momento, aunque bien secundado por Apraiz, parece que solo Oinatz Bengoetxea es firme en su pretensión.

Aunque tampoco le exigieron en exceso, el de Leitza se pareció ayer muchísimo a ese rival eléctrico e incómodo para todos sus rivales y a Aritz Lasa volvió a atragantársele un rival al que nunca ha superado. El de Urretxu llegaba decidido a sacudirse la mala imagen del día de Navidad en ese mismo escenario, intentó tener el protagonismo de cuya falta adoleció una semana antes con dos buenos ganchos de zurda en los primeros tantos, pero Bengoetxea le respondió con esas contradejadas desde el ancho con ese efecto que lleva a las pelotas a morir en pared izquierda y ahí murió el ímpetu inicial del guipuzcoano.

Atrás, Zubieta tuvo -con dos pelotas prácticamente consecutivas al rebote- una fase brillantísima en la que consiguió apretar el marcador a un 5-6 con el que el dinero volvió a cantarse azul, como al principio, pero para que esta pareja tenga opciones, el de Etxarri debe ser mucho más constante de lo que lo fue ayer en el Astelena.

En esta tesitura, Oinatz Bengoetxea tomó el mando del partido y con un parcial de 10-0 lo dejó visto para sentencia. Que las pelotas de los de Asegarce resultaran más vivas que las de sus rivales o la tímida reacción azul quedaron en anécdota.