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El paro, consecuencia de una política fallida

Los datos de desempleo del mes de diciembre han puesto un pésimo broche a un año nefasto para los trabajadores y trabajadoras vascas, con un aumento del paro de 13.368 personas. Hace casi doce meses, el 5 de enero de 2011, este periódico informaba de que el año que acabamos de dejar atrás comenzaba con la peor tasa de desempleo en quince años: no había tantos parados desde marzo de 1996. Hoy, incluso aquellos datos quedan empequeñecidos ante unas cifras que son escandalosas, después de que casi 25.000 personas hayan perdido su trabajo en Hego Euskal Herria en dos ejercicios. Llueve, además, sobre un terreno empantanado, ya que desde el inicio de la crisis, hace cuatro años, el número de personas desempleadas se ha duplicado. Así, 2008, año en que la crisis financiera llegó a Europa procedente de Estados Unidos, comenzó con 96.157 parados, frente a los 192.340 de ahora.

Ese es el balance de cuatro años de crisis pero, sobre todo, de la política económica y social que las administraciones de este país han llevado a cabo para atajarla. Un balance que no puede ser más negativo. En pocos lugares y en contados momentos históricos, al margen de conflictos bélicos, se habrá producido un incremento del 100% en el número de desempleados en apenas cuatro años. Eso es lo que ha sucedido aquí, y los responsables institucionales tienen una importante cuota de responsabilidad en ello. Siguiendo la estela de Madrid, en Lakua y en Iruñea han privilegiado la vía de los recortes, tanto en el gasto como en los derechos de los trabajadores, una apuesta que ha sido estéril para responder a la lacra del paro y que, además, ha dejado a miles de familias sin cobertura para hacerle frente.

A pesar del fracaso de sus políticas, ni Patxi López ni Yolanda Barcina han mostrado signos de querer rectificar, sino todo lo contrario. Al igual que Mariano Rajoy, mantienen la misma apuesta que nos ha conducido a esta situación y que no hará más que agravarla si la presión social no les obliga a cambiar de rumbo.

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