El Gobierno de Lakua declaró ayer como Bien Cultural Calificado, con la categoría de Conjunto Monumental, el Camino de Santiago a su paso por Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, lo que permitirá proteger los 700 monumentos, vestigios o elementos arquitectónicos de su itinerario.

«Con esta incorporación, se ha superado la visión estática y aislada de los bienes culturales, donde el propio itinerario es un elemento dinámico y vivo que forma parte fundamental de cada uno de los momentos de la vida social de los pueblos que lo crearon y de los que lo han heredado», señalaron desde el Ejecutivo autonómico.

El decreto aprobado protege las dos vertientes de este camino, la que discurre por la costa y la del interior.

El Camino de Santiago fue declarado en 1962 Conjunto histórico-artístico y, en el año 2000, fue calificado como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental a su paso por la CAV. Desde entonces, se ha trabajado en delimitar su trazado y en fijar una ruta que fuera practicable, continua y segura, que discurriera por caminos históricos y públicos, y que no fuese una mera sucesión de hitos o lugares, sino que estos se uniesen a través de caminos históricos o calzadas públicas evitando las carreteras y las vías peligrosas.

El Camino actual es, según Lakua, un «itinerario del siglo XXI», que se ha ido configurando a través de la historia y donde se visualiza el patrimonio cultural de los lugares que atraviesa. Los hitos que lo jalonan son causa y consecuencia de un desarrollo histórico y en el que se puede observar la continuidad de intercambios culturales, sociales y económicos a lo largo del tiempo. Una ruta va de este a oeste, atravesando Gipuzkoa y Bizkaia; la otra, de norte a sur, recorriendo Gipuzkoa y Araba.

El camino de la costa, que en origen corría paralelo al Cantábrico hasta los límites occidentales de Bizkaia, es una de las primitivas rutas de peregrinación a Compostela, anterior incluso a algunas que luego se han tenido por genuinas. Ya en los siglos IX y X hay constancia de peregrinos que optaban por esta ruta, que era más segura ya que las tierras navarras que debían atravesar para cruzar el Pirineo estaban amenazadas por los musulmanes.

La ruta interior, por su parte, ha sido uno de los más importantes ejes de comunicación del norte peninsular desde época romana y era paso obligado para los que querían conectar desde Irun con el camino francés en La Rioja o en Burgos.