Jose Bové, Paul Nicholson Vicepresidente de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, miembro de EHNE-Bizkaia/ Vía Campesina
Erralde, necesario y ejemplar
A nivel local es precisa una política agraria donde participen las y los baserritarras y adaptada a sus necesidades, sin que sea negocio de agentes intermediarios y que favorezca los mercados locales y la relación con la población, que, al igual que quienes producen en la zona, se beneficie de la misma. Aunque la política vigente en la Unión Europea, de corte neoliberal, no da preferencia a este modelo cercano, si bien existen experiencias que lo potencian. Y una de ellas es la del matadero Erralde, concebido al servicio de las personas productoras y consumidoras del entorno, y que conocemos directamente (en el caso de Jose Bové en las sucesivas visitas realizadas al País Vasco de la mano de EHNE-Bizkaia).
Erralde tiene un radio de servicio de 60 kilómetros a la redonda y atiende a tres mil personas campesinas o baserritarras y a trescientas carnicerías. Es un eje esencial para la economía alimentaria local, generador de empleo y garantía de salubridad, en el marco de un circuito comercial corto y cercano.
Asimismo, hay razones de bienestar animal y medioambientales -pequeños trayectos, ganadería adaptada al entorno y consumo cercano- para favorecer este modelo de matadero.
Sin embargo, hemos tenido conocimiento que la administración sanitaria local quiere cerrarlo, con lo cual se echarían por tierra todas las virtudes señaladas anteriormente. Su cierre supondría una ruptura con el acervo, idiosincrasia y costumbre local y, en concreto, con hábitos de producción y consumo que serían muy difíciles de recuperar. Al igual que en otros casos, nuevamente sería la industria agroalimentaria la gran beneficiada a través de la globalización de los alimentos, en detrimento de la producción y consumo locales. Si se cerrara Erralde -algo que esperamos que no suceda-, el consumo de carne de la población de Bizkaia pasaría a tener mayor dependencia de animales procedentes de cualquier parte del mundo y sacrificados en mataderos cada vez más industriales, más lejanos y al antojo del negocio agroalimentario industrial.
Erralde lleva años demostrando que no solo da un servicio imprescindible para el sector ganadero y la población vizcaina, sino que es vanguardia en claves de sostenibilidad social y medioambiental y marca el camino a alentar prioritariamente por las políticas agrarias. Esperemos que todo se quede en un susto y, a la postre, se refuerce esta experiencia ejemplar de soberanía alimentaria en el País Vasco.