Putin trata de situarse electoralmente por encima del bien y del mal
GARA | MOSCÚ
El primer ministro ruso y candidato a la Presidencia, Vladimir Putin, se presentó como garante del futuro en una Rusia históricamente desgarrada por una elite dividida entre «los revolucionarios» y «los corruptos».
«Un problema que se repite históricamente en Rusia es la aspiración de una parte de su elite al salto revolucionario en lugar del desarrollo consecuente. Mientras tanto, la experiencia mundial y rusa nos señala el daño de los saltos históricos», aseguró. En el otro extremo sitúa a «la otra corriente, que tiende a la parálisis, la incompetencia, la falta de competitividad y un alto nivel de corrupción».
Él se sitúa por encima de ambos, de la oposición «revolucionaria», y de los funcionarios del oficialismo, detestados y odiados por el pueblo.