«Creo que ya hemos subido suficientemente los impuestos; ahora, dicho esto, le digo que es perfectamente conciliable ir reduciendo el déficit publico con no hacer ninguna subida de impuestos más en los próximos meses; ahora, de la misma manera que le digo eso, también tengo que decirle que en la vida nada es para siempre». Con esta críptica aseveración eludió el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, la pregunta de una periodista sobre si se plantea subir el IVA después del incremento del IRPF.

El líder del Ejecutivo compareció ayer por primera vez frente a los informadores tras un mes de silencio. Lo hizo junto a su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, a quien le une su sintonía en la receta para sacar a Europa de la crisis. Por una parte, control del gasto público y recortes tildados de «valientes» por Sarkozy. Por otra, medidas para reactivar la economía. Mientras que el primer paquete de iniciativas es bien conocido, el segundo está por definir.

Rajoy reconoció que muchos votantes del PP no han visto con buenos ojos la subida «temporal» de impuestos, aunque insistió en haber llegado a la Moncloa «diciendo lo que iba a hacer». Sobre las reformas, puso como límite el mes de marzo para impulsar la reforma laboral o el plan para la reestructuración del sistema financiero. Por su parte, el ocupante del Elíseo avanzó que para este mes se presentarán nuevas propuestas para fomentar el crecimiento del Estado francés y proteger a los desempleados.

Medidas contra el déficit

«La crisis que atraviesa la UE es muy grave y muy seria», subrayó Sarkozy, que insistió en que, por el momento, únicamente se han adoptado medidas para frenar los números rojos. En este sentido, remarcó la importancia de evitar la caída del Estado español o de Italia.

Ambos mandatarios abogan por medidas conjuntas en el seno de las instituciones comunitarias. Una de ellas es la propuesta lanzada por el propio Sarkozy para imponer una tasa de transacciones financieras en Europa, también conocida como «tasa Tobin». Una cuestión que ha marcado la agenda de los últimos meses, ya se ha encontrado con las reticencias de Angela Merkel.

«No existe ningún desacuerdo», desmintió Sarkozy, que explicó que han suspendido la reunión prevista para este viernes en Roma y en la que iban a participar Merkel y el primer ministro italiano, Mario Monti, para no dar sensación de saturación de cumbres europeas.

Otro de los puntos que comparten Sarkozy y Rajoy es sobre la continuidad del Estado español en el Consejo de Administración del Banco Central Europeo. Su actual representante, José Manuel González-Páramo, termina mandato el 31 de enero. Ambos apuestan por la continuidad a pesar de que otros, como Holanda o Finlandia, quieren ocupar el puesto.