Fue el protagonista desafortunado de la primera derrota liguera casera, aunque paradójicamente también fue uno de los mejores de su equipo. Damià vio cómo Clos Gómez pitó pena máxima en dos lances en los que participó y sobre los que opinó tras el entrenamiento de recuperación de ayer lunes.

El lateral catalán indicó que vio por televisión ambas jugadas y que dichas imágenes «me confirman la misma sensación que tuve en el campo, que la primera no es penalti porque en realidad tengo el brazo por detrás de mi espalda y que la segunda sí que lo es», se sinceró.

Ahondando algo más en la mano que propició el primer gol racinguista, Damià señaló que al trencilla pudo confundirle el gesto que realizó, ya que «como viene el balón, me contraigo un poco para el impacto», de ahí que «pudiera interpretarse voluntariedad, pero para nada es así», afirmó.

El jugador se mostró «fastidiado» por ambas situaciones del partido, en especial porque el Racing «no hace nada para llevarse el partido, igual que nosotros. Lo normal hubiese sido un empate, pero del mismo modo que otras veces hemos tenido algo de suerte, esta vez ha sido mala». «Ellos plantearon un juego directo con Stuani y contras con Acosta. Su propuesta desde el inicio era puntuar y ese penalti nos condicionó mucho», añadió el defensa.

Mejorar el nivel de juego

De cualquier forma, el que pitasen dos penaltis en un mismo encuentro no le impide a Damià reconocer que Osasuna no estuvo bien, en una línea de escasez de fútbol que viene ya desde varias jornadas atrás. «Hay acciones puntuales en las que se nos contagiaron las dudas y hay que mejorar un poco el nivel de juego, no estamos encontrando las soluciones necesarias», confesó.

No obstante, el lateral quiso dejar claro que «no hay dudas» en el seno del vestuario respecto a la línea a seguir porque «esto va oscilando y hay que volver a regular a base de entrenamiento, mejorando la propuesta y creyendo en ella; se trata, en definitiva, de reconducir el juego», explicó el de Olot respecto a los últimos envites.

Curiosamente, este peor tramo de fútbol de la escuadra navarra ha coincidido con la mejor imagen mostrada por Damià, quizás en lo que lleva en la entidad rojilla. Ha sido de los más entonados en la línea defensiva y ayer volvió a cumplir con creces, pese a esos dos lances puntuales. «Me duele porque las sensaciones personales fueron buenas y, quitando ese segundo penalti, creo que hice un buen partido», apuntó.

Ahora toca medirse al Valencia en el tercer compromiso consecutivo en El Sadar, un rival que se desgastará en el encuentro copero, con añadido de derbi, que debe disputar el jueves frente al Levante. «Ojalá que jueguen los mismos y que vengan cansados aquí, aunque va a ser complicado», pidió Damià.

Tarjeteados

Aparte de la derrota, la impotencia de los rojillos para conseguir igualar o remontar se tradujo en acciones que costaron caras en el apartado de tarjetas, donde el equipo se cargó hasta con cinco. La más preocupante, la de Miguel Flaño, que le deja al borde de la suspensión precisamente cuando el de Noain está alcanzando su mejor nivel.

Al menos, uno de los aspectos positivos que se pudo sacar del choque es que no hubo más lesionados, una de las lacras de esta temporada. Ahora mismo, solo hay cuatro jugadores en el parte médico.