Rafael Nadal y Roger Federer tuvieron un arranque plácido en el Open de Australia. Nadal necesitó solo una hora y 46 minutos para eliminar al estadounidense Alex Kuznetsov (6-4, 6-1, 6-1), pero la venda que llevaba en la rodilla derecha el número dos mundial acabó inquietando a los aficionados.

El español, que se medirá al alemán Tommy Haas en la segunda ronda, explicó haber sentido un fuerte dolor al levantarse de una silla el domingo por la tarde, que le llevó a perder toda la movilidad de su rodilla hasta el punto de temer por su participación. Pero tras comenzar su partido con gran preocupación, el mallorquín comprobó que la articulación funcionaba. «Todavía no comprendo qué sucedió ayer. Estoy feliz de haber podido jugar y de haber hecho un partido fantástico», declaró.

Federer, en busca de su quinto título en Australia, no tuvo ningún problema para superar al ruso Alexandr Kudryavtsev, al que barrió en tres sets (7-5, 6-2, 6-2). El número tres mundial, que se enfrentará al alemán Andreas Beck en la segunda manga, vio con alivio que sus problemas de espalda parecen olvidados, tras tener que retirarse antes de la semifinal en Doha hace apenas una semana. «Hace ya tres o cuatro días que me siento bien», dijo el suizo.

Pero Nadal y Federer, cuya elegante rivalidad anima el circuito desde hace tantos años, también han sido protagonistas fuera de las pistas, tras las críticas de Nadal al suizo por no defender las reivindicaciones de los jugadores sobre el calendario y el reparto de ganancias.

«Para mí no ha cambiado nada en nuestra relación», afirmó Federer, que fijó su posición sobre la posible huelga de jugadores, un tema que no para de generar rumores en los pasillos de Melbourne. «Es una palabra delicada que hay que utilizar», estimó. «Si no hay manera de evitarlo, entonces apoyaré al resto de los jugadores. Pero pienso que debemos reflexionar largo y tendido antes de tomar ninguna decisión al respecto».

Hazaña de Tomic. La jornada también estuvo marcada por la hazaña de Bernard Tomic. Con todo un país en busca de un sucesor para Lleyton Hewitt, el australiano de 19 años, número 38 del mundo, respondió con un generoso obsequio. Tomic superó al español Fernando Verdasco, cabeza de serie número 22, en cinco sets (4-6, 6-7, 6-4, 6-2, 7-5) después de 4 horas y 11 minutos de esfuerzos y tras perder las dos primeras mangas. «Esto no ha sido un placer, ha sido una tortura», declaró ante un público rendido el jugador más joven desde Boris Becker, en el año 1986, en alcanzar los cuartos de final de Wimbledon.