FRANCIA 26

ESPAÑA 29

España empezó con buen juego, una gran defensa, acierto en la portería y una victoria de calidad ante la máxima favorita del campeonato, que sigue siéndolo pese a la derrota de ayer. Francia dio la sensación de tomarse con calma el estreno, y su palmarés le demuestra que esto no es como empieza, sino como acaba.

Los dos puntos eran valiosos de cara a la siguiente fase, pero Francia no parece temer a nadie. Ayer cayó derrotada, sí, pero sin dar muestras de debilidad. Quizá pecó de no emplearse a fondo desde el principio, pero aun así estuvo a punto de dar un susto a España en el tramo final.

La primera mitad estuvo marcada por la mala puesta en acción de las dos estrellas francesas, Karabatic (cinco pérdidas de balón) y Omeyer (solo tres paradas, aunque dos de penalti).

España se lo tomó muy en serio desde el principio y castigó desde su defensa el flojo arranque francés con cinco goles de contrataque directo, marcados por cinco jugadores diferentes -mención especial para el antoniano Guardiola, que realizó un gran partido-, llegando a tener cuatro goles de ventaja. Jerome Fernandez aguantaba el tipo de Francia, impidiendo que la diferencia fuera excesiva, y un penalti de Guigou con el tiempo a cero dejaba el partido abierto.

En la segunda mitad Onesta ordenó una defensa 5:1 con Narcisse avanzado pero, mientras Karabatic y Omeyer seguían desaparecidos, Hombrados crecía en la portería española. La ventaja se estabilizó en cinco goles, y Onesta sentó a Karabatic, primero para jugar con tres diestros en la primera línea, y luego con Abalo de lateral derecho. Más tarde hizo lo mismo con Omeyer, sacando a Karanboue.

Francia apretó en defensa, y en ataque cuatro goles seguidos de Abalo le volvieron a meter en el partido. Con 26-27 y España al borde del pasivo, una jugada de listo de Raúl Entrerríos, sacando rápido una falta a Ugalde, sentenció a medio minuto del final.