El Gobierno de Madrid me recuerda al «Equipo A», ese grupo de actores a los que se encarga el triunfo en cualquier trance por medio de las brutalidades y los engaños más admirables. Lo que están aconteciendo los distintos ministros, cada uno a su aire, y lo que proyecta el Partido Popular para consagrarlo en su próximo congreso supone la clausura de la democracia. Por otra parte, el Gabinete del Sr. Rajoy y el «Equipo A» se asemejan también en su capacidad de improvisación, lo que siempre promete una desgracia final. Eso de encuadrar penalmente la acción política, tanto para vigilar los presupuestos como para frenar las iniciativas que no sean«racionales»o «eficientes» equivale a instaurar una discrecionalidad estremecedora ¿Quiénes decidirán lo que es racional o eficiente? ¿El gordo y potente protagonista del «Equipo A»? ¿O lo decidirá el ingenioso y pícaro delgado del mismo «Equipo»? ¿Es racional que el Sr. Basagoiti decida lo que significa España, tal como está haciendo en la ponencia congresual sobre el tema?

Yo no creo que los vascos sean españoles por más que lo aseguren los españoles. Uno es lo que es desde dentro de si mismo. Es cierto que el «Equipo A» prima el volumen sobre la razón, pero la cuestión es muy discutible. Si hay cuatro segovianos y un vasco en un mismo grupo no se debe afirmar que el vasco es segoviano. Esto que digo tiene la pinta de ser muy elemental, pero no lo es tanto. Asegurar lo contrario en el caso de los segovianos equivale a resolver las cosas a tortazos mediante la intervención del gordo del «Equipo A». Que es lo que viene, según parece. Aclaro que este papel está redactado para ser leído en Madrid. Los vascos ya saben que son vascos.