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referéndum por la independencia en escocia

El nacionalismo escocés es el nuevo hogar de los laboristas despechados

En su camino hacia la independencia, el Partido Nacionalista Escocés (PSN) puede enseñar un par de lecciones a los liberales y laboristas, que dejaron atrás sus políticas de bienestar para alcanzar el poder. Precisamente son las políticas sociales del Gobierno de Alex Salmond las que podrían marcar la diferencia en el referéndum de independencia, como ya lo hicieron en las elecciones de 2007, que le dieron la mayoría absoluta en el Parlamento escocés.

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GARA | DUBLÍN

El Partido Nacionalista Escocés (SNP) encara el referéndum de independencia de Escocia con la confianza de la experiencia del creciente apoyo que su plan de gobierno y programa político ha disfrutado desde la llegada al poder de Alex Salmond en 2007, cuando los nacionalistas se vieron forzados por una victoria escasa a la formación de un gobierno de coalición con los Verdes. Los tiempos han cambiado desde entonces, y hoy el SNP disfruta de una mayoría absoluta en el Parlamento de Edimburgo que le permitirá llevar a cabo la promesa del referéndum de independencia que laboristas y liberales bloquearon en el pasado, y que ahora se ha transformado en un referente político en la agenda europea.

Como de sabios es rectificar, laboristas, liberales y conservadores deberían aprender de la lección escocesa. Muchos querrán apuntar a las generalidades políticas del llamado «Reino Unido» para explicar la supremacía nacionalista -desencanto con el laborismo, falta de credibilidad de los liberales...- pero ello no explica el fracaso conservador en las elecciones al Parlamento escocés. Para los escoceses -e incluyamos en ese término a todos aquellos que viven en Escocia- la experiencia de los primeros cuatro años de gobierno del SNP explica la actual preferencia por el nacionalismo en lo que durante años fue un coto privado laborista.

La administración liderada por Salmond demostró en sus primeros cuatro años que a pesar de las restricciones forzadas por el gobierno de minoría, era posible gobernar Escocia de forma eficiente, consiguiendo que la percepción del ejecutivo de Escocia se estableciera mas allá de la mera funcionalidad de una administración autonómica para alcanzar una percepción de gobierno nacional en el contexto escocés e internacional.

Sin duda a ello ayuda la unidad del partido. Frente a los constantes conflictos con las bases y las corrientes de opinión que viven los partidos tradicionales británicos, el SNP se manifiesta unido en su plan de gobierno y en apoyo de su líder.

Finalmente, hay que destacar su transparencia en el gobierno y la apertura de toma de decisiones a los ciudadanos, como demuestra esta consulta que determinará el fondo y la forma del referéndum. A ello se une un giro a la izquierda del nacionalismo escocés, al que algunos describen ahora como «más laborista que el laborismo».

Fin del mito de la dependencia

Claro está que decisiones como la construcción de vivienda social, la vuelta de las becas estudiantiles, el abandono del pago por la emisión de recetas o el fin de los peajes en las autopistas escocesas podrían ser hojas del libro del laborismo de izquierdas que el nuevo laborismo social-demócrata, que no socialista, se empeña en olvidar.

El SNP es el nuevo hogar político de los tradicionales votantes del laborismo en Escocia, aquellos que habían sido condenado al ostracismo por las políticas neo-liberal-laboristas.

El gobierno del SNP ha devuelto la confianza a los escoceses, que durante décadas se han alimentado del mito de su dependencia de la Unión para la prosperidad. Los nacionalistas han redefinido prosperidad y bienestar en el contexto escocés como la independencia fiscal, la devolución de sus recursos naturales (el gas y petróleo en el Mar del Norte),y, lo que es más importante, esta prosperidad nacional se basa en la prosperidad de los ciudadanos.

Así lo expresó Salmond durante una intervención pública el día antes de la publicación de su documento para la independencia: su aspiración es que Escocia se transforme en el ejemplo a seguir para el resto de Gran Bretaña en la construcción de una sociedad más justa.

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