(Traducción: GARA)

Wikipedia se apagó durante un día. Google escondió su logo en un negro sudario. Y cientos de otros dominios oscurecieron temporalmente sus páginas en una masiva y coordinada protesta contra un par de proyectos de ley que intensificarán la aplicación de los derechos de autor y de marca. La movilización provocó una tan intensa reacción contra el Acta de protección de la propiedad intelectual (Protect Intellectual Property Act, PIPA) y del Acta para parar la piratería online (Stop Online Piracy Act, SOPA) que más de 100 congresistas ya han declarado su oposición y ambas propuestas han sido puestas en espera.

Fue una impresionante, y en cierta medida preocupante, muestra de la capacidad de músculo para el lobby de algunas de las compañías en la red más populares. (...) Las protestas redujeron el PIPA y el SOPA a una pregunta en blanco y negro: ¿Debería el Gobierno tener más poder sobre Internet? Esto hace extraer el «no» como fácil y enfática respuesta por parte de una población que depende cada día más de Internet. La verdadera cuestión, sin embargo, es si sitios web extranjeros diseñados para capitalizar bienes pirateados y falsificados deberían tener permiso para prosperar con la ayuda de usuarios estadounidenses -e intrumentos con sede en EEUU para la búsqueda y monetización de contenidos online- solo porque están fuera del alcance de leyes estadounidenses.

La respuesta a esa cuestión debería ser también un enfático «no» (...) Esos problemas pueden ser solucionados, y los autores de los proyectos de ley saben que sus propuestas necesitan más trabajo de elaboración. Si la protesta produce una aproximación de consenso al problema de la piratería extranjera, entonces habrá sido una victoria para el activismo de base. Pero si las compañías de tecnología convencen a los legisladores y a millones de usuarios de la Red de que cualquier solución es peor que el problema, entonces sería una victoria de las nuevas formas de apoyo activo a unas grandes compañías mejor capacitadas para fijar su mensaje en la gran caja de resonancia de la Red.