La única ocupante del vehículo, familiar del preso político vasco Arkaitz Agote Cillero, resultó ilesa en el accidente que sufrió ayer en la A-8, cuando regresaba de la visita en la cárcel de Huelva, situada a más de mil kilómetros de distancia de Euskal Herria.

El siniestro sucedió a la altura de Bilbo, al mediodía, y aunque se desconocen las causas exactas del accidente, el coche quedó completamente destrozado, según pudo saber GARA.

Este accidente se suma a la negra lista de los siniestros que se ha cobrado la dispersión, una política de excepción que supone para los amigos y familiares de las y los presos «una ruleta rusa». Los allegados así lo han denunciado reiteradamente, resaltando el peligro al que se exponen cada fin de semana de camino a los centros penitenciarios de los estados español y francés.

Según los datos recabados por Etxerat, la dispersión se ha cobrado hasta hoy la vida de 16 personas y se han contabilizado más de 267 accidentes de tráfico en las carreteras de ambos estados, como consecuencia de las cuales más de un centenar han resultado con heridas de cierta consideración.

La asociación también hace un balance de las pérdidas materiales,económicas y consecuencias derivadas de todo ello, que califica de «incalculables».