Victoria rojiblanca en Vallecas
La calidad de Llorente decanta el intercambio de golpes
Tres goles de Llorente permiten al Athletic reencontrarse con la victoria en un encuentro alocado. El Rayo, que mereció mejor suerte, amenazó el triunfo del equipo rojiblanco, al que le faltó contundencia defensiva y que se salvó por el acierto de su delantero.
RAYO 2
ATHLETIC 3
Amaia U. LASAGABASTER
Finiquitado el partido previo, como reclamaba su entrenador, el Athletic ya puede centrarse en el posterior. Si es posible, tras una tarde tan cargada de sobresaltos como la que se vivió ayer en Vallecas. Rayo y Athletic se sumergieron en noventa minutos de locura que pudieron acabar de cualquier manera, pero que se saldaron a favor de los bilbainos gracias a la calidad de Fernando Llorente. Tres goles convirtieron al ariete en el gran protagonista del choque -en el que, por otra parte, tampoco hizo falta demasiado para destacar en el bando visitante- y llevaron al delirio a los alrededor de 3.000 aficionados rojiblancos que acompañaron al equipo en el estadio madrileño.
Porque el Athletic se sintió como en casa. Aunque jugó como en el patio del colegio, al menos en lo que a rigor se refiere. En ese sentido, el reencuentro de los bilbainos con la victoria no fue el esperado. Porque la tarde acabó con risas como pudo acabar con lágrimas. Y a punto estuvo, como consecuencia de la flojera defensiva de los rojiblancos, incapaces de frenar las llegadas constantes del Rayo. Lo cierto es que tampoco anduvo mucho mejor a la hora de buscar la portería local, lo que se empeñó en obstaculizar con relativo acierto su anfitrión.
Ya fuera la acumulación de esfuerzos, las particularidades del campo, los cambios -a la presencia en el once ya conocida de San José e Iñigo Pérez, en sustitución de Javi Martínez y De Marcos, se unieron la previsible de Toquero por el tocado Muniain, y la inesperada de David López en detrimento de Herrera- o, directamente, la coincidencia entre el buen hacer del rival y una tarde tonta, pero lo cierto es que el Athletic no convenció, pese a vencer.
Aunque tampoco es cuestión de ponerse exquisito. A final de temporada pocos, salvo Llorente por aquello del hat-trick -y además acertaba con el 500º gol de la presente Liga en Primera-, recordarán cómo se conquistó el triunfo. Pero puede, ojalá, que sí sirvan de algo los tres puntos que, de momento, permiten al Athletic dormir en posiciones europeas, a la espera de lo que haga mañana Osasuna.
No tuvo que transcurrir demasiado tiempo para concienciarse de que el encuentro podía decidirse con una moneda lanzada al aire. En apenas tres minutos ya se habían pisado las dos áreas y se había lanzado el primer córner.
En diez llegaba el primer golpe, que además resumió a la perfección los males rojiblancos en la tarde de ayer. El Rayo robó el balón, encontró pasillo para la contra, forzó un córner y pilló desprevenida a la defensa visitante para convertirlo en gol. Era Michu el que aprovechaba el despiste del desacertadísimo San José para firmar el primer tanto del partido.
Repertorio
Por fortuna, Llorente apareció antes de que la cosa fuera a mayores. Aunque Iñigo Pérez tuvo bastante que ver, porque el de Rincón de Soto apenas tuvo que acompañar con la cabeza el impecable lanzamiento de falta de su compañero para restablecer el empate. El intercambio de golpes se ponía al rojo vivo en el marcador, aunque no tanto en el césped, donde los madrileños aportaban bastante más combustible que su rival. Tamudo, justo antes de lesionarse, ya puso en apuros en un par de ocasiones a San José y Amorebieta. Retirado el catalán fueron Michu y el joven Rayco los que se encargaron de mantener a Iraizoz permanentemente en vilo.
Aunque ocasiones y peligro valen de poco sin acierto. Y de eso andaba sobrado Llorente que, prácticamente en la segunda llegada al área, volvía a mojar. Esta vez con el pie, controlando en el semicírculo del área y marcando a la media vuelta. Un gol marca de la casa, por mucho que sean los testarazos -ya es el mejor goleador de cabeza de la Liga, con cinco, por delante de Agirretxe y Cesc, ambos con cuatro- los que acostumbran a llevarse los flashazos.
Desde luego, no pudo elegir mejor día para desplegar su repertorio, teniendo en cuenta la escasa resistencia de sus compañeros ante un Rayo que, a nadie le cabían dudas, iba a seguir golpeando. Y haciendo daño. Solo necesitó tres minutos para dibujar un nuevo empate en el marcador. Fue otro retrato de su rival -esta vez se resbaló Iturraspe, posibilitando el centro-chut de Labaka, e Iraizoz despejó en corto para que Arribas rematara completamente solo en boca de gol- y el preludio de la recta final del primer tiempo en el que el Athletic bien pudo descalabrarse con un par de esas acciones que a final de año acostumbran a recopilarse para divertir al personal.
Se agradeció el descanso. Y mucho. Porque el Athletic no firmó un segundo tiempo brillante, pero sí se dejó en el vestuario algunos kilillos de imprecisión, lo que permitió que el Rayo Vallecano -que prolongó su mala suerte, perdiendo esta vez a Dani por lesión- se acercara al area con menos asiduidad y claridad que en el primer tiempo, aunque siguiera siendo más de lo deseable.
Por suerte, no todo cambió. En el primer balón al área, Llorente puso a prueba al recién incorporado Cobeño; en el segundo, le sacó los colores cabeceando a gol un centro de Toquero; en el tercero, un córner, estrelló el balón en el larguero.
Suficiente, esta vez sí, para ajusticiar a un Rayo que no arrojó la toalla pero que tuvo que resignarse, a envidiar el olfato goleador de su verdugo.
Marcelo Bielsa quiso quedarse con los aspectos más positivos de la tarde vallecana, que bien pueden resumirse en dos: la capacidad rojiblanca para resolver un mal partido y el decisivo acierto de Fernando Llorente de cara al gol.
O, en palabras del rosarino, la «personalidad» del Athletic para sobreponerse a un encuentro harto complicado. «El partido ha sido muy complicado para nosotros. Me ha dado la impresión de que se ha adaptado mucho más el equipo local y creo que ha sido muy disputado», admitió el entrenador rojiblanco, satisfecho por la «personalidad» de un Athletic al que le «ha costado adaptarse a un partido tan flexionado. La posesión era difícil para los dos equipos, y estar constantemente dividiendo las pelotas que se juegan es una situación que preferimos que no se repita tanto -reconoció-. Pero no lo hemos podido evitar y esa ha sido la tónica del partido».
Mención aparte mereció el autor de los goles. «Un jugador que convierte tres goles tiene una incidencia relevante en cualquier equipo y en el nuestro la ha tenido», explicó. Un Fernando Llorente lógicamente «contento». «Es muy especial ganar al Rayo con un triplete mío. He anotado muchos dobletes a lo largo de mi carrera, pero el triplete se me resistía, es la primera vez que lo consigo en Liga -recordó el ariete, que había anotado su anterior hat-trick en Copa-. Me voy contento por los goles y por la victoria». Más aún porque un triunfo en «este campo es difícil de contar, de describir. Hay que vivirlo para saber lo que se sufre en Vallecas. Es cierto que el partido podía haber caído de cualquier lado -concedió-, pero hemos estado acertados de cara a gol y hemos ganado».
Los lamentos llegaron por parte madrileña, con José Ramón Sandoval a la cabeza. «Más no se puede hacer para lograr tres puntos. No sé si es mala suerte o qué pasa, pero me siento triste porque estos chicos no tienen premio pese al 120% que han dado», aseguró el técnico rayista, que solo encontró un consuelo. «Positivo es no dejar jugar ni un solo metro al Athletic, triangular, llegar, tener ocasiones, presionar... Si algún mérito tiene este equipo es haber hecho un gran partido frente a este club. Es increíble lo que está haciendo Bielsa y su equipo, es admirable». GARA
Que Fernando Llorente es un gran artillero no se le escapa a nadie. Pero el ariete acostumbra a dosificar sus goles. Tanto, que el de ayer es su segundo hat-trick con la camiseta rojiblanca. El primero lo logró hace ya siete años, apenas tres días después de debutar con la camiseta rojiblanca. Fue el 19 de enero de 2005, en el encuentro de 1/16 de Copa frente al Lanzarote, en el que Llorente anotó tres de los seis goles que celebró su equipo.
No hay descanso para los rojiblancos, que hoy mismo regresan al trabajo en Lezama (11.00) para empezar a preparar la visita a Anduva. Un choque para el que Marcelo Bielsa recupera a Óscar de Marcos. Habrá que ver si sucede lo mismo con Javi Martínez, ausente ayer en Vallecas por una sobrecarga.