X Campeonato de Europa
Serbia se dispone a rematar
El aliento de un público entregado podría ser decisivo ante Dinamarca, que ha llegado a trompicones.
Juan Carlos ELORZA
Serbia y Dinamarca disputarán la final del campeonato europeo (17.00, Abrahamsen y Kristiansen -Noruega-, Teledeporte), en un partido inesperado y atípico, por los protagonistas y la forma en que han llegado hasta aquí.
Antes de nada, cabe destacar que el central serbio Zarko Sesum (jugador del Rhein-Neckar alemán) no podrá jugar la final tras ser alcanzado por un botellazo en su ojo derecho tras la semifinal ante Croacia. La botella iba dirigida contra el seleccionador croata Slavko Goluza y su jugador Balic, pero impactó en Sesum, que fue trasladado al hospital, donde pasó la noche.
Veselin Vukovic, seleccionador serbio, declaraba ayer que ya estaba mejor y no corría peligro de perder el ojo, como se había rumoreado en un principio -los medios de comunicación croata informaron inicialmente de que el objeto arrojado había sido un dardo, extremo que fue desmentido posteriormente-.
Aunque cabe esperar que el ambiente en las gradas del Beogradska Arena no esté tan caldeado esta tarde -el viernes 5.000 policías se encargaron de mantener el orden, sin conseguirlo del todo al parecer-, es evidente que la enorme presión ejercida por el público serbio ha empujado a su selección e intimidado a sus rivales durante el torneo, convirtiéndose en uno de los factores de su rendimiento.
Subido en esa ola, Serbia vuelve a partir hoy como favorito en la final, encomendado a la eficacia de Stanic en la portería -el meta del Metalurg macedonio está siendo el único destacado en un torneo flojo en lasporterías-, y a sus dos cañoneros, Momir Ilic y Marko Vujin.
Cutura intentará aportar desde la posición de central, y en las combinaciones con el habilidoso pivote Toskic, que ha acabado haciéndose con el puesto tras los descartes de quienes tenía por delante, bien por lesión o por su menor eficacia. En defensa los galones de Manojlovic, que se abrió una ceja ante Croacia, tendrán mucho que decir.
Dinamarca es una incógnita a estas alturas. En la montaña rusa en que se ha convertido el campeonato para ellos, tras tocar fondo en la primera fase -en el grupo de Serbia además, que le ganó por 24-22-, y estar a punto de perder todas sus opciones de llegar a semifinales ante Macedonia en la primera jornada de la segunda ronda, una sucesión de carambolas le ha llevado a la final, pese a que su juego ha dejado mucho que desear. La plata se antoja un premio excesivo para sus méritos, pero resulta que podría lograr el oro, si tiene un buen día.
Un repaso a las estadísticas resulta esclarecedor: Stanic lleva un 42% de paradas tras jugar cinco partidos, donde su nivel ha ido de muy bueno (35%) a espectacular (50% ante Polonia).
Landin tiene un 34% global tras jugar casi todos los minutos de los 7 partidos, y ha pasado de sobresaliente (43% ante Suecia) a discreto (23% ante España).
En cuanto a los goleadores, Hansen es el que más ha tirado, aunque con poca puntería (36 de 76, 47%), con Lindberg y Mogensen a distancia, mientras Ilic (32/61, 52%) y Vujin (27/64, 42%) lo tiran casi todo en Serbia. De su inspiración depende en gran medida la final de esta tarde.