El Consejo Constitucional francés estaba ayer pendiente del recurso presentado por más de un centenar de diputados y senadores contra la ley que castiga el genocidio armenio, que recibió el visto bueno definitivo del Parlamento el 23 de enero y que debía ser promulgada en breve, una decisión que fue muy bien recibida por Turquía como un primer paso hacia la relajación de la tensión entre ambos estados tras la grave crisis provocada por la aprobación del texto.

Durante la mañana de ayer, 76 senadores -de derecha y de izquierda, según AFP- y 65 diputados presentaron un recurso para que el Consejo Constitucional determine si esta ley, que prevé imponer sanciones de hasta un año de cárcel y 45.000 euros de multa a quienes nieguen cualquier genocidio reconocido por París, entre ellos el armenio a manos del Imperio Otomano, es acorde con la Constitución gala. El Consejo puede censurar una ley que considere insconstitucional si es recurrida por al menos 60 diputados, 60 senadores, el jefe del Estado, el presidente de la Asamblea Nacional o el Senado.

El efecto inmediato del recurso es la suspensión de la promulgación de la ley por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien, según declaraciones de varios senadores a AFP, señaló a sus parlamentarios que le hace «un flaco servicio».

El Consejo Constitucional deberá pronunciarse en un mes, si el Gobierno no pide que el plazo se reduzca a ocho días.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente, Abdullah Gul, acogieron positivamente la presentación del recurso y expresaron su confianza en que la resolución del Consejo sea favorable a sus intereses. Fuentes de la embajada de Turquía en París indicaron a AFP que «la tensión franco-turca se relaja. Por el momento, el riesgo de ruptura (de relaciones) parece haber sido evitado».

Después de que la Asamblea Nacional aprobara la ley el 22 de diciembre, Ankara suspendió su cooperación política y militar con París y, tras su aprobación por el Senado el pasado 23 de enero, prometió represalias si la ley es promulgada. Las relaciones entre ambos se enfriaron desde la llegada al poder en 2007 de Sarkozy, opuesto a la entrada de Turquía en la UE.

Armenia, al igual que muchos historiadores y parlamentos estatales, afirma que un millón y medio de armenios fueron masacrados hace un siglo en Anatolia como parte de una política deliberada de genocidio ordenada por el Gobierno otomano. Para los turcos, es un insulto llamar «genocidio» a lo ocurrido.