CRíTICA cine
«El monje» El sexto mandamiento
Mikel INSAUSTI
Con el intento fallido de Dominik Moll se agota la última posibilidad de ver adaptada en condiciones la novela gótica de Matthew G. Lewis “El monje”, porque tras tres decepcionantes versiones es difícil ya que nadie se atreva con un material poco menos que intratable. Parecía que Buñuel era el más indicado, pero su proyecto escrito en colaboración con Jean-Claude Carrière nunca llegó a ver la luz, aunque el genio aragonés dejó pistas para saber por donde habría ido más o menos su tratamiento. Consciente de ello, Dominik Moll ha querido hacer algo distinto, renunciando deliberadamente a la ironía, el surrealismo y la irreverencia. El resultado es justo lo contrario, por serio y falto de intenciones provocadoras o iconoclastas. Se acerca más al cine religioso de autor, con muchas estampas divinas y alegorías sacras del Mal, hasta acabar en un epílogo de trasfondo sobrenatural rodado en las Bardenas a modo de culminación de la travesía del desierto protagonizada por el padre Ambrosio.
En el texto original ambientado en el Madrid de principios del siglo XVII el destino final del capuchino era sentenciado por la Santa Inquisición, que lo condenaba por herejía y tratos con el diablo, elemento desencadenante representado en la película por el actor catalán Sergi López. No hay alusión alguna a dicha persecución con lo que se pierde el lado más oscurantista de una obra, cuya violencia interna ha sido vaciada en aras de un esteticismo medieval muy ornamental. La puesta en escena de las procesiones, con los pasos iluminados por penitentes con cirios sobre sus cabezas, es impresionante, como también lo es la actuación de un inquietante Vincent Cassel. Pero la parte folletinesca es narrada de forma solemne, cuando debería haber sido más escabrosa y con unos desnudos sudorosos y perturbadores. Cuando el novicio Valerio se despoja de su máscara y descubre su cuerpo tentador de mujer, la situación es descrita con una belleza inmaculada y desposeída del terror que esconde el engaño.
