Maite SOROA | msoroa@gara.net
¿Para qué argumentar pudiendo insultar?
Normalmente es conveniente argumentar las opiniones, aunque al facherío no le hace falta. Ellos lo tienen tan claro que no necesitan el mínimo argumento. Con una ensalada bien aderezada de insultos es suficiente cuando se trata de descalificar a alguien, si bien cualquiera puede apreciar que en realidad se descalifican ellos mismos.
Jaime González se refería ayer en «Abc» a las declaraciones del presidente del PSE, Jesús Eguiguren. Una esperaba que, junto a los habituales exabruptos, aportaría alguna idea para tratar de rebatir lo dicho por Eguiguren, pero lo dejaba para otro día, probablemente porque no le cabía. Comenzaba con sendas citas de dos escritores franceses que mencionan a los necios y a partir de ellas se recreaba dándole vueltas a lo que se le antojaba una idea original: «Ciertamente, Jesús Eguiguren es necio en la triple acepción de la palabra: ignorante, imprudente y terco. Vayamos por partes: la Constitución que ayer reclamó para una `Euskal Herria que tenga órganos comunes con Navarra' es un delirio de ignorancia». Pero debió de parecerle que se quedaba corto y seguidamente se aplicaba: «O pura idiocia. Lo curioso de Eguiguren es que su necedad es tan vasta que se vuelve temeraria, una imprudencia dolosa que le lleva a pronunciarse como si tuviera conocimiento de las cosas, lo que le convierte en un peligro para la convivencia democrática».
Y después de más de medio artículo plagado de insultos, era de esperar algún argumento. En balde: «Ponerse a la altura de Eguiguren, por aquello que dijo Saint-Exuperi -ser necio de nacimiento es una enfermedad incurable- es una pérdida de tiempo. Razón de más para que el socialismo vasco lo incapacitara de por vida». Y tras contar una supuesta anécdota para ilustrar lo que sugería en el título de su pieza, «`Txusito' como coartada», repite cita y termina.
«La Razón» dedicaba a Eguiguren una flecha hacia abajo y daba instrucciones al PSOE, aclarándole lo que le ocurrirá en caso de que no las siga: «Pidió una `constitución' vasca y que se reconozca a `Euskal Herria como entidad política', al tiempo que abogó por romper con el PP. Si nadie le desautoriza con dureza en el PSOE, la deslealtad será colectiva». Será deslealtad con «La Razón» y sus valores eternos.