El exgobernador de Massachusetts, el multimillonario Mitt Romney, ganó con contundencia las primarias republicanas en Florida y recuperó la iniciativa en una contienda electoral caracterizada hasta ahora por los drásticos altibajos de sus participantes.

Con el 95% de los votos escrutados, Romney se hizo con el 46% de los sufrgios, una ventaja de 14 puntos con respecto a su rival más inmediato, el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, que recibió el 32% de los votos.

Quedan a gran distancia el exsenador Rick Santorum, con el 13% de los votos y el congresista Ron Paul, con el 7%.

Florida fue el cuarto estado en designar a un candidato republicano desde el comienzo de la temporada de elecciones primarias el 3 de enero y el más grande, con diferencia, con 4.000.000 de votantes republicanos registrados.

Romney compareció ante sus seguidores para agradecer la victoria y arremetió contra el presidente de EEUU, Barack Obama, con el que aspira a batirse el 6 de noviembre.

«Señor presidente, le eligieron para liderar y usted optó por dejarse mandar. Ha llegado el momento de echarse a un lado» afirmó Romney.

Su victoria en Florida le da 50 delegados y una ventaja considerable sobre sus rivales. Sin embargo, Gingrich prometió seguir luchando. «Vamos a luchar por todos los estados, vamos a ganar y voy a ser el candidato» dijo a sus seguidores después de recibir los resultados.

Aun así, el exgobernador tiene razones para sentirse satisfecho, ya que las encuestas a pie de urna señalan que batió a Gingrich en prácticamente todos los segmentos de la población -mujeres, mayores de cincuenta años e hispanos-.

Los resultados representaron un gran giro para la campaña electoral con respecto a cómo estaban hace tan solo diez días. Las primarias de Carolina del Sur dieron la victoria por un margen del 12% al ex presidente de la Cámara y las encuestas apuntaban al auge de este candidato en Florida. Cosa que no ocurrió, pues Gingrich fue perdiendo popularidad a medida que avanzaba la campaña. Las razones; la enorme ventaja financiera de Romney, que tras este nuevo triunfo aumentará, y las encuestas que lo sitúan en una mejor posición a la hora de enfrentarse a Obama.