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Crónica | Análisis de América Latina

«No hay cambios políticos y económicos sin lucha popular»

América Latina y el Caribe avanzan debido a la lucha emprendida por los trabajadores y la sociedad. Pasaron la peor etapa del neoliberalismo y, algunos pueblos, comienzan a conquistar nuevos tiempos en lo social, en lo económico y lo político. Son una referencia de ayer y de hoy, con plena vigencia en el futuro.

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Juanjo BASTERRA

Bajo el título «Procesos de transformación política y social en Latinoamérica y la aportación sindical», la fundación Ipar Hegoa y la Secretaría de Relaciones Internacionales de LAB organizaron un encuentro en Bilbo con la presencia de Juan Castillo, coordinador nacional del PIT-CNT de Uruguay, y de Julio C. Gambina, integrante de la dirección del Instituto de Estudios y Formación de la central sindical argentina CTA. Generó mucha expectación, porque la lucha que han emprendido distintos pueblos de América Latina y el Caribe hacia el socialismo, como Venezuela, Bolivia, Cuba, Uruguay o Brasil, «es un referente para las personas y los pueblos del mundo que como en Euskal Herria aspiramos a construir una sociedad desde la izquierda, que deseamos una transformación política y social real», como se explicó desde Ipar Hegoa y LAB.

Ese referente es necesario, como quedó claro en este encuentro al que asistió la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, porque América Latina sufrió durante las tres últimas décadas del siglo pasado «las políticas ultraliberales y reaccionarias» que hoy se están aplicando en Europa en contra de los trabajadores y la mayoría social.

Bajo este contexto, Julio C. Gambina recordó que ese recorrido que emprendieron los pueblos americanos tuvo como origen «la lucha de los trabajadores» y es «una lucha popular, alejada de los gobiernos de entonces», porque -como expresó el representante de la CTA- «las políticas neoliberales en América Latina comenzaron con el terrorismo de estado en 1973 y en 1976, en Chile y Argentina». En este sentido, Juan Castillo afirmó con rotundidad, desde su experiencia en Uruguay, que «no hay cambios políticos y económicos sin lucha popular. Se necesita un cambio de raíz».

En este sentido Gambina remarcó fechas en los pasos hacia esa «liberación» que han emprendido los pueblos de América Latina. Destacó en 1989 el «caracazo» en Venezuela, preludio de la llegada de Hugo Chávez; en 1992, en la Cumbre de la Tierra «se visibilizó el sujeto político de los pueblos», que después «se reflejó en la Constitución de Bolivia, frente al capitalismo mundial que tiene componentes genocidas».

Valoró, en este caso, la declaración de los Derechos de la Naturaleza en Ecuador y, entre otros, el levantamiento en Chiapas, «justo cuando Estados Unidos, México y Canadá intentaron un acuerdo comercial, que fracasó por la lucha popular. Cambió la historia y es un ejemplo de que no había omnipotencia del capital».

Otro hito es el Foro Social Mundial «donde se puso de manifiesto la democracia participativa desde la izquierda roja». A estos actos le siguieron otros frente a los intentos neoliberales de establecer en todo América acuerdos de liberalización comercial y económica. «La oposición popular derivó en la creación del ALBA y otros proyectos que están reconfigurando una arquitectura financiera nueva», dijo. Todo estos pasos, a su juicio, no se hubieran podido realizar sin el referente de Cuba.

Crecimiento en la crisis

El representante argentino admitió que los avances que se ven desde Europa son ciertos, pero explicó que América Latina está creciendo «porque hay más crisis capitalista a nivel mundial. Nosotros tenemos las materias primas que necesita el capitalismo». Destacó que en 2011 «la rebelión indignada creció en todo el mundo, pero necesita de conciencia política para su emancipación».

Castillo insistió en la necesidad de desarrollar «la conciencia de clase» y recordó que debe ser conjunta la interacción, «porque la clase obrera tiene un peso implacable en las luchas, pero no somos los únicos».

Recordó que, pese a algunos fracasos, hay que seguir adelante, y admitió que, aunque hay avances en esos gobiernos, «queda mucho camino por disputar el poder y conquistar el socialismo».

 

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